Maduro se «disfraza» de comandante para mostrar su mando sobre los militares

En pleno desafío global y con Venezuela posicionada como pieza central de un tablero que tiene a cada lado a las antiguas potencias de la Guerra Fría, Nicolás Maduro decidió afilar su mensaje recientemente al desempolvar un traje que parecía relegado: el verde olivo de comandante en jefe.

Fue la primera vez que el presidente Maduro, civil que, antes de llegar a la política, dedicó su vida a trabajar en transportes y como guardaespaldas, daba el salto de vestir ropa con colores que evocan a los militares a portar directamente un uniforme.

CREADO PARA CHÁVEZ

Con ribetes en puños y cuello claramente inspirados en los que portaba el fallecido líder cubano Fidel Castro, el traje fue originalmente diseñado en época del entonces presidente Hugo Chávez en 2008, si bien él había desarrollado toda una carrera en el Ejército.

El analista Oswaldo Ramírez explicó a Efe que eso fue posible gracias a una modificación de la ley de las Fuerzas Armadas que «genera un cambio importante (…) en el cual el comandante en jefe podía tener un uniforme específico para efectos de presentarse (con él) a cualquier situación que así lo ameritara».

Sin embargo, Maduro ha optado por sacarlo del armario por primera vez en 2020 luego del convulso 2019, en el que el líder opositor Juan Guaidó llegó a plantarse con una decena de militares frente a la base caraqueña de La Carlota en un pequeño conato de levantamiento.

«Tiene que ver con un cambio en la retórica en la narrativa a efectos de presentarse como una persona que esta dispuesta a ir a la guerra o que simplemente está preparado para ir a la guerra, tanto en actitud defensiva como ofensiva», asegura Ramírez.

SI VIS PACEM, PARA BELLUM

Maduro, que ya pasó 2019 entre cuarteles subrayando el respaldo con que contaba de los soldados, ha iniciado 2020 con una práctica militar a gran escala, el «Escudo Bolivariano».

El mismo día que se vistió de militar, advirtió que estas actividades se llevarán a cabo de manera indefinida y con un carácter imprevisible: «Anuncio que los ejercicios militares ‘Escudo Bolivariano 2020’ se van a mantener activos y vamos a sorprender. A partir de hoy no avisaremos el día del ejercicio militar ni la región».

Todo ello pese a que su discurso constante es el de la defensa de la paz trufado de referencias belicistas que se han convertido ya en una constante en sus discursos.

En opinión de Ramírez, estas prácticas han contado por primera vez «con un despliegue tan grande» que incluye «el lanzamiento de municiones», incluido misiles «tierra-tierra o tierra-aire».

«Hay un despliegue, un mostrar que estoy dispuesto a defenderme, eso es necesario», asegura el analista que considera que uno de los elementos para los que ha mostrado Maduro su músculo es para una guerra irregular.

LA MÍSTICA DE LA GUERRA POPULAR PROLONGADA

Dentro de la mística de vocación comunista a la que apela Maduro, su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, ya dijo en 2017 que Venezuela emplearía «el concepto de la guerra popular prolongada» en caso de sufrir una ocupación militar extranjera, un concepto acuñado originalmente Mao Tsé-Tung.

De hecho, a lo largo de 2019 fueron innumerables las apelaciones que hicieron desde el Gobierno a la Guerra de Vietnam donde ya ese tipo de enfrentamiento fue fundamental en la derrota de Estados Unidos.

UN MENSAJE INTERNO

Sin embargo, otro experto que estuvo vinculado al Ministerio de Defensa aseguró que lo que «Maduro necesita es transmitir un mensaje de poder» y para eso se sirve de los símbolos tradicionales.

«Un mensaje a la sociedad venezolana de que se viste de militar porque está con ese uniforme, porque son quienes lo avalan, quienes lo protegen y de alguna manera lo apoyan en su gestión», sostuvo.

Por eso, considera que «cuando aparece como militar ante la sociedad venezolana está diciendo» que la Fuerza Armada está con él.

Ante esa situación, el analista considera que usa el uniforme como una manera «de disuasión» ante la posibilidad de que vuelva a haber manifestaciones opositoras.

Pese a todo, Maduro mantiene, al menos de cara al público, que Venezuela no quiere guerra: «No queremos terrorismo, no queremos violencia, pero no le tenemos miedo a combatir con las armas en la mano para defender la paz, la integridad territorial y el futuro de Venezuela (…) no le tenemos miedo al combate militar y vamos a garantizar la paz». EFE

REM

REDACCION EL MERCURIO

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