Durante estos días, brigadas del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos, realizan un levantamiento de datos, previo al Censo que se realizará a fines de año. Además de validar la ubicación de las casas preguntan sobre el número de personas que habitan en esa vivienda y el nombre y cédula del jefe de hogar. El octavo Censo Nacional se desarrollará en el mes de noviembre y los datos procesados servirán, además de conocer con certeza las cifras sobe población y vivienda, para que el país pueda planificar el futuro sobre la base de un conocimiento certero de la realidad.
Los censos nacionales vienen desarrollándose en forma regular desde mediados del siglo pasado y se han cumplido cada diez años. De acuerdo a los datos que se conocen, los primeros censos en lo que hoy es el territorio nacional se desarrollaron en el siglo XVIII y tuvieron como finalidad básica la recaudación de impuestos y tributos. En los tiempos modernos, estos procesos no tienen relación con fines recaudatorios sino con el hecho cierto de que no se puede planificar si es que previamente no se conoce con certeza la realidad de un país. Lamentablemente al inicio de los censos en el siglo pasado hubo falsas creencias y prejuicios que a veces crearon situaciones de inseguridad para quienes desarrollaban los censos.
El INEC ha cumplido un importante papel en la vida nacional aportando en forma altamente técnica para el mejor conocimiento de nuestra realidad. Los datos surgidos de los censos y las actualizaciones que se hacen en las etapas intermedias han sido confiables y han servido para el desarrollo del país. Durante el gobierno pasado hubo lamentablemente etapas durante las cuales las estadísticas de determinadas instituciones no estuvieron al alcance de la ciudadanía y fueron ocultados, porque arrojaban datos de una realidad diferente a la que el gobernante de aquel entonces pregonaba. Hoy es obligación cívica colaborar con el Censo.