Outplacement

Varios años atrás, una gran empresa tuvo una idea genial. Sucedía que, debido a las grandes crisis económicas de mitad de siglo XX y a la agresiva entrada de la tecnología (con el efecto colateral del desplazamiento de los trabajadores), muchísimas empresas se vieron obligadas a reducir su nómina de manera radical. Y esto, como bien sabemos, tiene varios efectos perversos en la credibilidad de la empresa y más importante aún, en la crisis social que provoca el desempleo.

Fue entonces que, con el emergente concepto de la responsabilidad social, varias empresas se embarcaron en programas que buscaban asistir a los trabajadores despedidos con una reorientación profesional y su recolocación en un nuevo entorno laboral.

Luego, conforme el emprendimiento fue reconocido como el sustento económico de las naciones, varias empresas comenzaron a recolocar a los trabajadores despedidos en pequeños negocios que servían como proveedores o distribuidores. Programas en los que la liquidación se entregaba al trabajador dentro de un plan de negocios y emprendimiento que buscaba darle una nueva fuente, quizá más rica, de ingresos y auto realización.  Este concepto, en aquellos anglicismos tan comunes en el mundo empresarial, ha sido bautizado como “outplacement” (literalmente “colocar afuera”).

¿Los beneficios? Incontables. Para la empresa, está el hecho de poder dosificar el peso financiero de las liquidaciones y sobre todo, el evitar el antagonismo con su propio entorno a través de una certera intervención social. Para el trabajador, el más importante, se evita que la liquidación se dilapide en viajes, coches o gastos suntuarios (parecido al efecto migración) y se convierte en nuevo capital de trabajo. Para la sociedad, el beneficio inmenso de transformar la crisis del desempleo en una fuente de crecimiento y desarrollo.

Y sí, hoy estamos todos viviendo una pesadilla. La crisis de orden sanitario va evolucionando a una crisis económica sin precedentes. La inevitable destrucción del empleo lanzará legiones de nuevos desempleados a las calles y pronto estaremos sufriendo las consecuencias de aquello.  Sin embargo, con un poco de creatividad y mucha, mucha buena voluntad, algunos podrán salvarse. Algunos, y eso es muchísimo…

REM

REDACCION EL MERCURIO

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