Según The New York Times, Ecuador se encuentra en la cima de una lista de países que registran búsquedas en Google de los síntomas de la enfermedad del Covid-19.
¿Qué podría significar ese alto número de búsquedas en navegadores web?
Cada día Google registra millones de “searchs” o búsquedas por síntomas de salud. Según datos del NY Times, esas búsquedas pueden servir de ayuda para detectar brotes desconocidos de la pandemia del Covid-19, “particularmente en partes del mundo con infraestructura de prueba deficiente”.
Para la recolección de datos se ha considerado las búsquedas de la frase “no puedo oler”, debido a que ahora hay pruebas sólidas de que la “anismia”, o pérdida del olfato es un síntoma de Covid-19, y algunas experiencias sugieren que del 30 al 60 por ciento de personas positivos por Covid-19 experimentan este síntoma.
Times reporta que en Estados Unidos el sábado pasado en cuatro estados con altas cifras de contagiados como Nueva York, Nueva Jersey, Luisiana Y Michigan se registraron el mayor número de búsquedas de “no puedo oler”.
“De hecho, las búsquedas relacionadas con la pérdida del olfato durante este período coincidieron casi perfectamente con las tasas de prevalencia de la enfermedad a nivel estatal, como muestra el gráfico adjunto”, informa NY Times.
> Alto índice de popularidad de «pérdida de olor»
Debido a situaciones como las indicadas, la búsqueda en Google de la “pérdida de olfato” se ha vinculado estrechamente con el número de casos positivos de coronavirus, ya que la incapacidad para oler podría ser una señal de advertencia temprana de una infección.
Vasileios Lampos, un informático del University College de Londres, y otros investigadores han descubierto que un grupo de búsquedas relacionadas con los síntomas (pérdida de olfato, fiebre y falta de aliento) han rastreado brotes de la pandemia en todo el mundo.
En este sentido y debido a la relación que tienen estas búsquedas con las tasas de prevalencia del Covid-19 en varias partes del mundo con pruebas razonablemente buenas, NY Times señala que se han podido usar estas búsquedas para tratar de encontrar lugares donde existe la probabilidad de haber perdido muchos casos positivos.
> Ecuador
Si bien en Ecuador los datos oficiales de casos confirmados por Covid-19 lo ubican como el país con las tasas más altas per cápita en América del Sur, tiene una tasa de casos confirmados más baja en relación a Estados Unidos, Canadá, Australia, Irán y la mayor parte de Europa.
Sin embargo, el informe de NY Times revela que los ecuatorianos realizan más búsquedas relacionadas con la «pérdida del olfato» que cualquier otro país del mundo dentro de las búsquedas totales de Google.
“Las búsquedas de «no puedo oler» son unas 10 veces más altas por búsqueda de Google en Ecuador que en España, a pesar de que Ecuador informa oficialmente más de diez veces menos casos de Covid-19 per cápita que España hace. Los ecuatorianos también están cerca de la cima en las búsquedas de fiebre, escalofríos y diarrea”, señala NY Times.
En otras palabras, los datos de búsqueda sugieren que Ecuador puede ser aún más epicentro de Covid-19 de lo que dicen los datos oficiales. Algo que en el país ya se ido desvelando en el transcurso de una semana por periodistas, ciudadanía y las mismas autoridades del gobierno del presidente Lenín Moreno.
> Datos de búsqueda en internet ¿confiables?
The New York Times advierte que si bien parece haber información importante sobre la prevalencia de Covid-19 en los datos de búsqueda, “se debe tener mucho cuidado al construir modelos basados en estos datos y aprender de los intentos anteriores que intentaron usar estos datos para medir la propagación geográfica de diferentes enfermedades”.
En un artículo de 2009 publicado en Nature, por ejemplo, los investigadores hicieron uso de los términos de búsqueda de Google relacionadas con la gripe sobre las tasas de influenza de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para construir un modelo que intentara ayudar a detectar epidemias antes de que se recopilaran los datos oficiales.
“Aunque el modelo funcionó inicialmente, tuvo problemas durante la pandemia de gripe H1N1 2009. El problema era que la gripe aparecía en las noticias con tanta frecuencia que muchas personas buscaban la gripe no porque sintieran síntomas sino porque sintieran curiosidad o miedo. La preocupación por la gripe y las búsquedas de Google sobre la gripe estaban más en el aire que la gripe real”, indica NY Times.
En este sentido, académicos han logrado construir nuevos métodos para mejorar el modelo de prevalencia de enfermedades basado en las búsquedas de Google para continuar con el proyecto de seguimiento de la gripe en el que se ha descubierto que es esencial introducir las búsquedas por información en lugar de las relacionadas con noticias.
> Covid-19
Las herramientas de datos han sido consideradas por investigadores quienes ya estudian cómo las búsquedas en la internet podrían ayudar a rastrear al Covid-19.
“Las búsquedas como «no puedo oler» son particularmente útiles porque la forma de la consulta sugiere que alguien puede tener la enfermedad, mientras que otras consultas relacionadas con la pérdida del olfato pueden sugerir curiosidad en el tema”, señala la publicación de NY Times.
Otra forma en que pueden ser usados los datos de búsqueda durante esta pandemia “es para comprender mejor los patrones de síntomas de la enfermedad”. La comprensión del proceso de los síntomas de la enfermedad aún está desarrollando, de hecho, se necesitó esperar hasta el 20 de marzo del 2020 para recibir informes generalizados de la relación entre Covid-19 y la pérdida del olfato en la superficie, a pesar de que ahora parece estar entre los síntomas más comunes.
¿Hay alguna evidencia de que las pistas de este síntoma fueran evidentes anteriormente en los datos de búsqueda? Si.
Joshua Gans, profesor de la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto, logró descubrir que las búsquedas de «non sento odori» («no puedo oler») se elevaron en Italia días antes de que el síntoma apareciera en las noticias. Irán también vio un enorme aumento en las búsquedas relacionadas con la pérdida del olfato semanas antes de que los informes de los medios sobre el síntoma se volvieran comunes. (I)
Fuente: The New York Times