OPINIÓN|
La confirmación de la sentencia para ex presidente Rafael Correa y para otros involucrados en el caso “sobornos 2012-2016”, por parte de los jueces de la Corte Nacional de Justicia que conocieron el recurso de casación interpuesto por aquellos, marca un momento decisivo para el futuro político de Correa, del correísmo y de su actividad electoral
Electoralmente la vida política de Correa ha terminado, pues legalmente no podrá volver a ser candidato a ningún cargo de elección popular; sin embargo, su actividad política pervivirá un buen tiempo más; aunque esta actividad, como ha pasado hasta ahora, la seguirá haciendo desde fuera de Ecuador, y a través principalmente de opiniones y pronunciamientos en medios de comunicación y plataformas digitales.
Su estrategia para seguir interviniendo en la vida política del país será fortalecer su papel de víctima, a partir de cuestionar la sentencia como “ilegal” o “injusta”, y de reafirmar que lo que se da es simplemente una “persecución política” para impedir su participación electoral y, con esta, un “nuevo triunfo” de la “revolución ciudadana”. Una estrategia que siempre ha usado y que le ha permitido mantener cautiva a una buena parte del electorado correísta.
Por otro lado, la confirmación de la sentencia no significa per se el fin del correísmo, por lo menos en el futuro inmediato y como movimiento electoral; sobre todo en la actual coyuntura política en la que el correísmo y su candidato presidencial Andrés Arauz tienen la posibilidad de canalizar a su favor el voto duro correísta que todavía subsiste, y que podría nutrirse del impacto que pueda tener en un sector de la población la victimización de Correa y del gran desgaste que ha tenido el régimen morenista. Empero, también la votación del candidato correísta podría reducirse como consecuencia de la ausencia forzada de Correa como su candidato vicepresidencial.
Por lo demás, en función precisamente de desvirtuar que el juzgamiento y condena a Correa se trataría de un acto de “persecución política”, la Fiscalía y el órgano judicial (que actúo con celeridad en este caso) deberían también avanzar en la investigación y juzgamiento de otros casos escandalosos de corrupción, tales como: “Lucas Majano”, INA Papers, “arroz Moreno”, etc. (O)