El espacio público, una opción para reactivar la economía de Cuenca

Cuando se declaró el toque de queda en Ecuador, la gente dejó de ir a los mercados y a los centros de abastos, y optó por comprar en los garajes y en las aceras, en donde, los propios agricultores y comerciantes levantaron carpas y extendieron plásticos para colocar frutas, carnes y legumbres.

Los barrios, en los que hasta antes de marzo de 2020 tenían una que otra tienda, empezaron a lucir gracias a los espacios ocupados por quienes están dedicados a proveer de alimentos a la población.

Si bien hoy las personas conocen un poco más del virus que ha puesto en jaque a la salud y a la economía de los países, y ya no se limitan como en un principio, una nueva forma de comercializar ha llegado, al parecer, para quedarse: la apropiación de los espacios públicos para vender.

Aunque ha habido críticas porque en ciertos lugares, como el sur de Cuenca, ha habido desorden, en otros casos, el cambio del uso y la ocupación del suelo ha sido visto como una oportunidad.

“En esta pandemia, los cuencanos usaron los espacios públicos, como garajes y frentes de las viviendas, y los cambiaron. La necesidad económica que deja la pandemia ha provocado ello. El cambio del uso del suelo ha permitido que las familias se reactiven económicamente”, opinó el arquitecto Patricio Orellana.

Orellana, como parte de un concurso internacional, llevó a cabo un estudio sobre el cambio de uso del suelo que aplicó la población cuencana en medio de la emergencia sanitaria, y una de las conclusiones a las que llegó fue que, junto a la disminución del número de vehículos, todo ello ayudó a que la ciudad tenga un respiro.

Ordenanza

Hace un año, en Cuenca se aplicó el piloto de la «supermanzana», un proyecto que fue puesto en marcha en Barcelona, en el 2016, y que un principio hubo un rechazo de la población catalana.

En una primera aplicación, las calles que rodean el parque Calderón fueron cerradas con el objetivo de que las calzadas sean espacios peatonales. Una segunda prueba se realizó a principios de este año y una tercera se llevó a cabo en la zona sur, en el sector de la avenida Don Bosco, en septiembre.

Los resultados, según Guillerme Chalhoub, director de Movilidad del Municipio de Cuenca, han sido positivos, a pesar de que ha habido críticas. Aun así, Chalhoub explicó que se continuarán aplicando planes pilotos el próximo año, no sin antes dialogar con las personas que están dentro de las supermanzanas.

No obstante, en las nuevas aplicaciones habrá cambios, ya que el con el arribo de la COVID-19 y sus consecuencias hay una necesidad de reactivación económica, que puede darse con las supermanzanas.

Para ello la Dirección de Movilidad, la Dirección de Áreas Históricas y la Fundación de Turismo trabajan en un proyecto que dé paso, a través de una ordenanza, al uso de los espacios públicos, como las aceras y las vías, para que los comercios salgan de los lugares acostumbrados.

Por el momento es un tema que está siendo tratado por las instituciones participantes para luego remitirlo al Concejo Cantonal, el cual tendrá la última decisión. (AWM)-(I)

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