Los tres candidatos presidenciales, que hasta ahora aparecen como los más opcionados (Lasso, Arauz y Pérez) evidencian, en sus propuestas, diferencias y afinidades ideológicas.
En el caso de Guillermo Lasso, sus posturas a favor del libre mercado de las privatizaciones de las empresas públicas, de la eliminación de subsidios, de una mayor flexibilización laboral, de los acuerdos de libre comercio, de la eliminación o reducción de impuestos a favor de sectores empresariales, etc. lo ubicarían en lo que, en términos de política económica, se llama el neoliberalismo, y que en términos de ideología política se denomina la derecha. El apoyo dado a Lasso por el PSC, y por otros grupos económicos y sociales que comulgan con esta ideología, resulta entonces coherente.
En el caso de Andrés Arauz, sus posiciones a favor de un mercado con regulación estatal, de la no privatización de las empresas públicas, del mantenimiento de subsidios, de defensa de los derechos laborales, del incremento del ingreso de las personas, de mantener ciertos impuestos (como el de la salida de divisas), etc. lo ubicarían en lo que, en términos de política económica, se denomina el keynesianismo, y que en términos de ideología política sería el centro.
En el caso de Yaku Pérez, su ubicación resulta cada vez más confusa, pues si en los inicios de su candidatura parecía que iba a transitar por una ideología de “centroizquierda”, empero, algunas de sus últimas propuestas se asemejan a las de Lasso, como la eliminación de impuestos a los inversionistas extranjeros, la eliminación del impuesto a la salida de divisas, la apertura a la banca extranjera para bajar las tasas de interés; a lo que unen declaraciones como las de que en su Gobierno también estarán empresarios y que el combate a la pobreza se soluciona simplemente creando riqueza (y no redistribuyendo esta, como plantearía la centroizquierda). En contrapartida Lasso ha hablado de sus coincidencias con Pérez y de que no debería sorprender que en su Gobierno pueda participar éste último o sus partidarios.
En definitiva, no hay candidaturas de “centroizquierda” (o reformistas del sistema), peores candidaturas de izquierda (o transformadoras del sistema), como equivocadamente algunos piensan. (O)