El papa dice que su viaje a Irak llevó esperanza tras terrorismo y pandemia

El papa explicó hoy, en la audiencia general, que su reciente viaje a Irak fue una señal de esperanza para el país árabe después de años de guerra, terrorismo y en medio de una dura pandemia.

«Nunca un papa había estado en la tierra de Abraham; la Providencia ha querido que esto sucediera ahora, como signo de esperanza después de años de guerra y terrorismo y durante una dura pandemia», dijo el pontífice, que regresó el lunes de su visita de tres días.

Este viaje ha sido muy cuestionado en algunos sectores por haberse hecho durante una pandemia , sin que se guardase la distancia entre los fieles, y con riesgos en la seguridad.

El papa agradeció a todos los que lo hicieron posible y citó sobre todo al gran ayatolá Ali Al Sistani, principal líder religioso de los chííes, con quien tuvo «una reunión inolvidable en su casa en Nayaf».

«Sentí con fuerza el sentido penitencial de esta peregrinación: no podía acercarme a ese pueblo atormentado, a esa Iglesia mártir, sin tomar sobre mí, en nombre de la Iglesia católica, la cruz que ellos llevan desde hace años; una cruz grande, como esa colocada en la entrada de Qaraqosh», agregó Francisco.

Y destacó que sintió aún más este sentido de penitencia al ver las «heridas todavía abiertas de la destrucción, y más todavía encontrando y escuchando a los testigos supervivientes de la violencia, la persecución, el exilio…».

«El pueblo iraquí tiene derecho a vivir en paz, tiene derecho a encontrar la dignidad que le pertenece», agregó.

Abogó para que quienes huyeron, sobre todo cristianos y yazidíes, tras la invasión del Estado Islámico, puedan volver al país. «Los musulmanes invitan a los cristianos a volver y juntos restauran iglesias y mezquitas. Y sigamos, por favor, rezando por estos hermanos y hermanas nuestros tan comprometidos, para que tengan la fuerza de volver a empezar».

«La guerra siempre es el monstruo que, con el cambio de épocas, se transforma y continúa devorando a la humanidad. Pero la respuesta a la guerra no es otra guerra; la respuesta a las armas no son otras armas. La respuesta es la fraternidad», y este «es el desafío para Irak, pero no solo: es el desafío para tantas regiones de conflicto y, en definitiva, para el mundo entero».

«¡Que Dios, que es paz, conceda un futuro de fraternidad a Irak, a Oriente Medio y al mundo entero!».

Francisco viajó del 5 al 8 de marzo a Irak y visitó, además de Bagdad, las ciudades de Erbil, Mosul, Qaraqosh, en el norte del país, y la llanura de Ur, donde la tradición indica que nació Abraham, considerado el profeta de las tres religiones monoteístas. EFE

REM

REDACCION EL MERCURIO

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