Sin tiempo de festejos para los elegidos en las urnas la semana pasada, solo a trabajar de manera oportuna, desde la selección de colaboradores observando sus antecedentes éticos, conocimientos y experticias en salud pública y de investigación, que, fueron relegados, para la lucha contra la infección y la enfermedad y pueden integrarse, para aprovechar los recursos económicos escasos para semejante misión, evitando bochornos en la conducción del órgano rector de la salud, que en el inicio de la vacunación, mostraron cinismo para la sociedad en su conjunto con el consecuente cambio de ministros sin planes. Éxitos al nuevo Presidente, que su civismo y nada más guie sus pasos.
La realidad supera a la ficción en cuanto a los contagios de la COVID 19, en el país, debido a imprevisión del gobierno, relajamiento social y agotada capacidad de reacción técnica para atender estas infecciones agravadas, que han saturado a los servicios médicos de las unidades de cuidados intensivos, escases de insumos vitales como oxígeno, fármacos específicos e incremento de personas esperando una cama para ser atendido, que hace un año se presentó de manera abrupta en Guayaquil y ahora diseminado este cuadro en el territorio nacional.
El advenimiento del nuevo régimen obliga a compartir decisiones importantes con la actual administración, en la partida, aplicando formalidades democráticas en un dialogo franco, con el objetivo de garantizar la importación de vacunas para ir inmunizando a la población, como el mecanismo idóneo para controlar la difusión del virus en la comunidad, mejorar la respuesta de los servicios sanitarios que hay que ampliarlos en la marcha para disminuir la espera de cuidados críticos para atender a los casos graves que han aumentado de manera intensiva, en donde se involucren los niveles de atención públicos y privados, así como los esfuerzos del gobierno central, provincial y local, en estas horas de angustia nacional, las respuestas deben ser rápidas, inteligentes, eficientes y participativas. Que precisamente falló en algunas etapas de la lucha contra la pandemia, contaminados por actos vergonzosos de corrupción. (O)
