Desde el 2013, el Instituto de Estudios de Régimen Seccional del Ecuador (IERSE) está a cargo del monitoreo del índice de calidad del aire en Cuenca a través de un sistema que cada año se actualiza para mejorar la exposición de los resultados.
Y hace unos días, el IERSE publicó sus últimos análisis sobre la calidad del aire de la ciudad, los cuales apuntan a que todavía, a pesar de contar con uno de los parques automotores más grandes de Ecuador, se mantiene dentro de la categoría “buena”.
Para Chester Sellers, director del proyecto que está a cargo del análisis del aire de Cuenca, el indicador es positivo, si bien en los últimos años sí se ha registrado el aumento de concentración de varias partículas contaminantes debido a que el número de vehículos sigue en alza.
Según las estimaciones que hizo la Empresa Municipal de Movilidad (EMOV), en el 2019 ya circulaban en Cuenca alrededor de 150.000 vehículos. Sin embargo, ese número es mucho menor si se toma en cuenta el registro de matriculaciones de la propia empresa.
Las matrículas pasaron de 79.567, en el 2013, a 92.601, en el 2019. Un año después hubo una ligera disminución por la emergencia sanitaria: 87581 vehículos se matricularon en el 2020. Aun así, los medios de transporte con motor son los que más contaminan el aire de Cuenca.
De acuerdo a una investigación presentada en el seminario internacional “Hacia una movilidad sostenible” realizada en el 2017, los vehículos representan el 57 % de los contaminantes. A ese estadística le sigue las industrias, en un 16 %.
“En Cuenca, casi siempre, la calidad del aire ha sido buena. En eso somos privilegiados. Rara vez suben los índices del PM2.5, el ozono, que son los dos primeros que mayor cantidad de índice generan”, dijo Chester.
Resultados
Si la calidad de aire de la ciudad ha sido buena, según los análisis de los investigadores, cuando se declaró la emergencia sanitaria Cuenca tuvo un aire mucho mejor porque se restringió la movilidad en los vehículos.
En el primer mes de restricciones casi todas las emisiones disminuyeron, como fue el caso del monóxido de carbono y el dióxido de azufre, que disminuyeron en un 26 %, mientras que el dióxido de nitrógeno disminuyó en un 42 %.
Lo que no pasó fue la disminución del material particulado, ya que los distintos eventos eruptivos del volcán Sangay provocaron que la ceniza cayera sobre Cuenca. Pero ello no significa que las medidas restrictivas mejoraran significativamente el aire de la ciudad.
No obstante, la calidad del aire de 2021 poco a poco se está pareciendo a la calidad pre pandemia. Según los análisis del IERSE, en algunos días hay leves aumentos en la concentración de contaminantes. Para Chester Sellers, ello se debe a que todavía no se han estabilizado los picos que se registran porque se están volviendo a la “normalidad”.
Ante ello, lo que han recomendado los investigadores del IERSE es ir pensando en cómo controlar el parque automotor, en la creación de nuevos espacios verdes y la implementación de sitios para que avance la movilidad alternativa, ya que se debe aprovechar que Cuenca todavía tiene la fortuna de tener un aire que todavía se puede respirar. (I)