Cuenca.- La imagen de este artículo revela una de las problemáticas arraigadas en el sector Feria Libre: la indigencia. Esta forma de vida podría estar vinculada a diferentes circunstancias como la ausencia de familiares, abandono, extrema pobreza y alcoholismo. Hay quienes, día y noche, perduran sobre las aceras y calles; algunos duermen y quizá lo único que poseen lo utilizan como almohada para perdurar ante las inclemencias del tiempo.
Una de las circunstancias citadas es el alcoholismo, actividad que está vinculada a grupos dedicados a la venta de licor sin registro sanitario y a otros sumergidos en el consumo, pues han caído en la adicción. Debido a este mal, hay alcohólicos que desfallecen a diario en los espacios públicos. La mayoría no pueden acceder a casas de tratamiento de adiciones, pues las autoridades señalan que el internamiento debe ser consentido por la persona que ingresa al tratamiento, además por la ausencia de posibilidades económicas.
Ante esta realidad, de venta y consumo de licor artesanal (que no cumple con registro sanitario), han transcurrido los años. La situación no es nueva. Varios han perdido la vida por los efectos del excesivo consumo de la bebida.
Esteban Bernal, gobernador del Azuay, calificó a la Feria Libre como una de las zonas más “neurálgicas” de la ciudad y detalló que está en marcha un plan de seguridad con operativos en los que participarán varias instituciones. El último miércoles se cumplió uno de estos operativos en los alrededores del mercado El Arenal.
Durante la intervención en la que participaron numerosos uniformados fue detenido un presunto delincuente acusado de robar un teléfono celular.
En el operativo participó la Policía Nacional, Guardia Ciudadana, Fuerzas Armadas, Aduana, Intendencia y personal de Tránsito.
Bernal señala que en la Feria Libre se atiende denuncias de tenencias de armas, tráfico de droga, robos y de locales utilizados para actividades ilícitas. -(I)
