Cuenca aspira reciclar un millón de botellas de plástico con las máquinas Pichaybot

Hace tres años, en las aulas de la Universidad Católica de Cuenca surgió la idea de construir una máquina que ayudara a recolectar las botellas de plástico que reposaban en los basureros, en las orillas de los ríos y en los parques de la ciudad.

A través de una serie de pruebas que primero empezaron a realizarse entre los estudiantes de pregrado, se construyó el prototipo de lo que meses después se convertiría en el “Pichaybot”, una máquina, con una pantalla digital y con un sistema que motive a las personas a reciclar.

Con el apoyo de la empresa DELtrony, a mediados del 2020 se presentó una primera versión del “Pichaybot”. La máquina fue entregada a la Empresa Municipal de Aseo (EMAC EP) para que la coloquen en espacios estratégicos. Fue así como el aparato estuvo en el parque Paraíso, en el parque De La Madre y en algunas plazas centrales de las parroquias rurales de Cuenca.

Según Diego Morales, quien lideró el proyecto desde que fue ideado en las aulas de la academia, la máquina ha recolectado alrededor de 90.000 botellas una vez que empezó a funcionar en los espacios públicos del cantón.

Con los resultados positivos, Morales propuso que se construyeran más máquinas. Con el apoyo de la EMAC EP y de Elecaustro, la propuesta se cristalizó y se elaboró una nueva versión del «Pichaybot”.

Siete máquinas se construyeron en total, con el objetivo de ubicarlas en los parques Paraíso, De la Madre, y en el Tarqui-Guzho, y en las parroquias Checha, Chiquintad, San Joaquín y Baños.

A diferencia del primer “Pichaybot”, los aparatos que fueron presentados ayer incluyen un “solmáforo”, el cual permitirá conocer los niveles de radiación ultravioleta para que la población proteja su piel del sol. “Estamos emocionados con el proyecto y confiamos en la gente. Esperamos que, con las siete máquinas, más la primera que estaba en funcionamiento, anhelamos que en un año de proyecto lleguemos por lo menos al millón de botellas recicladas”, dijo Morales.

Funcionamiento

Las dos características que sobresalen del “Pichaybot” es su manera sencilla de funcionamiento y lo que se da a cambio por reciclar.

Lo único que se tiene que hacer es acercarse a la máquina con la botella, pasarla por un lector de barras e ingresarla en un agujero. Luego de ello el usuario tiene cuatro opciones de canje: recibir un centavo por la botella, obtener puntos en una tarjeta que luego servirá para hacer trueques, donar el centavo, o jugar en una ruleta en la que se puede duplicar o perder el saldo.

Los “Pichaybot” incluyen un solmáforo, el cual permitirá alertar de las radiaciones ultravioletas. XCA

En el caso de la tarjeta, esta ya funciona con BioEMAC. Quienes accedan a ella podrán, por lo pronto, canjear sus puntos por plantas. Se espera que en los próximos días se pongan en circulación 2.000 tarjetas que serán repartidas, en primera instancia, a ciclistas y deportistas amateurs que ocupan los parques del cantón.

Por otro lado, si el usuario desea donar el centavo obtenido por botella tendrá dos opciones: entregar el dinero a una colecta que realiza la Universidad Católica de Cuenca para elaborar material mobiliario elaborado con plástico reciclado, o donar el dinero al fondo de reciclaje inclusivo de la EMAC EP.

Si el usuario dona al fondo, según Dora Ordóñez, gerente de la EMAC EP, el dinero se sumará al que entrega la empresa para crear proyectos que benefician a los 256 recicladores que forman parte del catastro de la ciudad.

Descontento

En la presentación de las siete máquinas estuvieron algunas representantes de las organizaciones de recicladores de Cuenca, quienes no se mostraron contentas con el proyecto, ya que sienten que están siendo reemplazadas por los aparatos que pagan menos por la botella reciclada.

Las máquinas se ubicarán en tres parques de la ciudad: De La Madre, el Paraíso y en el Tarqui-Guzho. XCA

“Lo que nosotros queremos saber es a dónde se va ese material, queremos que nos expliquen cómo se va a compartir con los compañeros recicladores. Nosotros estamos día a día, y nos van a bajar el número de botellas que recolectamos”, dijo Bertha Chalco, coordinadora de recicladores del sur de la Sierra.

Por su parte, el concejal Diego Morales explicó que las botellas recolectadas con la primera versión del Pichaybot fueron intercambiadas por el llamado plástico duro para realizar inmuebles con dos asociaciones de recicladores.
No obstante, ahora que empezarán a funcionar las siete máquinas, se extenderán los intercambios con las otras asociaciones de la ciudad. (AWM)-(I)

REM

REDACCION EL MERCURIO

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