Más de 3.500 obras dañadas por inundación en bodega de la Dirección de Cultura

Desde abril de 2015, un sótano de la Antigua Escuela Central se convirtió en una bodega para los libros editados por la Dirección de Cultura de Cuenca, a pesar de que el espacio no era el idóneo para guardar las obras producidas con recursos públicos.

Seis años después la decisión pasó su factura: el 27 de octubre el espacio se inundó tras el invierno que ha vivido la ciudad desde hace algunas semanas. De los 4.821 libros que se encontraban allí, alrededor del 80% se volvieron inservibles para lo que fueron creados.

Entre las obras que estaban en la bodega y que se dañaron en su mayoría están dos títulos que se planificaron presentar en este mes: un libro sobre relaciones internacionales y otro que abarca una investigación de la obra poética escrita en Cuenca en los últimos 200 años, que estuvo a cargo del escritor Marco Tello.

A esos títulos se suman los libros del primer tomo sobre el Bicentenario de la independencia de Cuenca y obras que habían sido editadas en las administraciones municipales pasadas.

El hecho causó varios comentarios que apuntaban a una pregunta: ¿por qué se guardaron los libros en un espacio que no era idóneo en vez de distribuirlos?

Sin planes de distribución

Según Tamara Landívar, directora de la Dirección de Cultura, sí se habían estado entregando las obras editadas, que en su mayoría eran de las administraciones pasadas, cuyos encargados de la distribución no habían tenido un plan para ello.  

“Cuando yo asumo (febrero de 2020) me encuentro con una bodega de 14.108 libros y publicaciones de la Dirección de Cultura que estaban sin circular, de administraciones anteriores”, dijo Landívar.

Tras identificarse esta problemática, explicó la directora de cultura, se siguió un plan de distribución que principalmente estaba basado en la simplificación de entrega y “sin tantas trabas”.

Con el plan, según los datos registrados por la Dirección de Cultura, en estos casi dos años se repartieron en diferentes espacios 12.409 libros, y quedaron pendientes de entregar, por la emergencia sanitaria, 1.146 obras

“Luego de lo que pasó ahora, de este fatal accidente, nos damos cuenta de que realmente la bodega nunca debió haber estado allí. Son cosas que no vamos a discutirlas. Hay que tomar acciones a partir de lo sucedido”, agregó Landívar.

Recuperación de obras

Con la inundación terminan perdiendo quienes estuvieron detrás de las obras, así como el público. Por lo menos ello piensa Marco Tello, quien hizo una investigación minuciosa sobre el patrimonio lírico de los últimos 200 años de la ciudad, y cuyo libro que contiene ese trabajo está entre los afectados por la inundación.

“Yo conté más o menos sobre los 400 ejemplares y los 450, es decir, más de la mitad se perdieron porque la edición era de 1.000 ejemplares, y me apena no solo porque es un trabajo que me costó bastante sino la edición es de mucha calidad y muy esmerada”, dijo el escritor e investigador a diario El Mercurio.

La Dirección de Cultura espera que los libros, tanto de Marco Tello como el de relaciones internacionales, se puedan recuperar a través de un seguro, sin embargo eso todavía está por definirse.

Examen especial

Ayer, el concejal y presidente de la Comisión de Cultura, Iván Abril, convocó a una sesión extraordinaria para analizar lo sucedido en la bodega que contenía los libros. Entre otras cosas se preguntó de la falta de distribución de las obras guardadas.

“La pregunta es por qué todavía se tiene libros allí, cuando debería haber una manera más expedita de proceso de entrega, de manera gratuita, porque son recursos públicos”, dijo Abril a diario El Mercurio.

Ante ello, la Comisión de Cultura del Concejo Cantonal decidió que se oficiará a la Contraloría General del Estado sobre el manejo de la bodega y de los libros que se han perdido, además del proceso de entrega en las distintas administraciones que llegaron a acumular más de 14.000 obras hasta febrero de 2020. (I)

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