La pandemia que no termina y sigue martirizando al mundo, nos arrebató dos años de vida a la humanidad entera. El daño inferido, solo es comparable con guerras y atrocidades derivadas. Terror, pánico al contagio y a una fácil muerte, se enraizó en el pueblo y el enclaustramiento total y voluntario de los primeros meses, fueron dantescos, donde todas las actividades de la sociedad de toda jerarquía y nivel, se trastocaron, convirtiendo ciudades y pueblos en fantasmas de un silencio maligno pegado a paredes y calles. El abrazo cordial, reuniones familiares y amigos, se proscribieron y la espantosa sensación de alejamiento de todos contra todos para evitar el contagio, creaba la sensación de repudio y miedo jamás sentido. Las acciones de gobiernos, burocracia, educativas, profesionales, sociales, es decir mejor, de toda actividad normal, se retrasaron e inmovilizaron sin remedio. Posiblemente autoridades que dirigen conglomerados burocráticos y sociedades de todo orden, encontraron motivo presto y justo para su inacción y consecuente paralización de importantes actividades en bien de todos. Si decimos la verdad lógica, todas sus acciones se complicaron y fueron más difíciles, es verdad, pero llegó el momento de entender que, el virus, vino para quedarse y que debemos convivir lo mejor posible con él, respetando reglas y consideraciones que alivianen contagios y enfermedad. Cuenca y la región deben averiguar ¿Qué pasó? Aquellos ofrecimientos que estaban por firmarse en horas, se volvieron silencios. La vía de salida sur de Cuenca, salvadora del atolladero de tránsito que es hoy, se paralizó. La firma del nuevo aeropuerto, que, si bien es una necesarísima necesidad de la región y su desarrollo, más allá de la pena de perder bellos parajes de campo bajo su asfalto, está paralizada, de la misma forma que duermen muchos otros proyectos vitales como carreteras a la costa, sur y oriente, transcendentales necesidades. Cuenca mismo tiene que pedir cuentas a la alcaldía y prefectura. Aparte de una ciclo vía muy controversial para contados ciclistas y que disminuyó a cambio la amplitud de avenidas atestadas, ¿Qué más se creó? En la prefectura reina un silencio sepulcral. ¿qué proyectos importantes se encuentran en desarrollo? Lejos de agredir estas nobles instituciones y sus miembros, sería espléndido pedirles que levanten su voz en obras y proyectos y obliguen a cumplir otros claros y justos al gobierno, que poco nos mira a pesar de que están en altas esferas, personajes cercanos al murmullo del Tomebamba. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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