Con motivo de los graves problemas que soporta la vialidad del Azuay, especialmente la carretera Cuenca- Molleturo- Naranjal, algunos dicen que siempre el Azuay ha permanecido abandonado y que nadie ha hecho nada en el pasado. Siendo innegable el injusto abandono, hay que decir que existen excepciones.
El Presidente García Moreno a través de su gobernador Carlos Ordóñez Lasso, dispuso e inició la construcción de esta vía. Fue algo más que una trocha, pero marcó el inicio de esta antigua obra cuyo primer trazado correspondió al incario que a fines del siglo XV e inicios del XVI construyó este ramal del Capac Ñan. Organismos como el desaparecido CREA trabajaron también para conectar al Azuay con la Costa. En la década de los años sesenta del siglo pasado, el muy recordado párroco de Sayausí, padre Roberto Samaniego, impulsó esta carretera con todo su liderazgo. En 1962 el Sindicato de Choferes del Azuay marcó un hito histórico al cubrir la ruta en un jeep Land Rover. Les tomó dos días llegar a Migüir, tres a Molleturo y seis días a su destino. Esta hazaña fue fundamental para despertar a las autoridades y exigir una vía, pues demostró que sí era posible llegar a la Costa en carro a través de El Cajas, cosa que se consideraba imposible.
Los presidentes León Febres Cordero, Rodrigo Borja y Sixto Durán, planificaron, construyeron y terminaron la carretera. Para quienes debíamos viajar cinco o seis horas por una estrecha vía llena de lodo y baches por Cañar, el temible Gun y la infernal bajada a los “calientes,” la nueva carretera por El Cajas significó un avance notable, pues redujo el viaje a la mitad del tiempo. La pavimentación, algunas variantes en el trazado y la construcción de un tercer carril en el tramo Molleturo Naranjal, fueron obras de gobiernos posteriores. Hoy medio siglo después seguimos esperando una vía estable y segura y haciendo de nuevo seis horas por Cañar. (O)