Carapaz llega en el puesto 20 de la segunda etapa de La Vuelta y está en el top 10 de la general
El irlandés Sam Bennett (Bora Hansgrohe) se mostró poderoso en un confuso y accidentado esprint y se adjudicó la segunda etapa de la Vuelta a España disputada este sábado 20 de agosto de 2022 entre Hertogenbosch y Utrecht con un recorrido de 175,1 km, en la que el maillot rojo se mantuvo en tierras neerlandesas y en el Jumbo Visma, ya que Robert Gesik le cedió la prenda a Mike Teunissen.
El ecuatoriano Richard Carapaz, del equipo de INEOS, se ubicó en el puesto 20 en esta jornada y en la tabla general ascendió al puesto 7.
Una llegada caótica en la que cayó Alejandro Valverde a 700 metros de meta, sin gravedad para el ciclista murciano, que lamentaba su suerte al verse atrapado por el «hostión», según comentó en caliente. Mientras unos se miraban las heridas, el irlandés Bennett (Wervik, 31 años) alzaba los brazos como vencedor.
El velocista del Bora se filtró en cabeza y en una llegada apretada impuso su poderío con un tiempo de 3h.49.34, a una media de 45,8 km/hora, por delante del danés Mads Pedersen (Trek) y del belga Tim Merlier (Alpecin Deceuninck).
La cuarta plaza fue para el nuevo líder, el neerlandés del Jumbo Visma Mike Teunissen, un corredor que fue líder en el Tour 2019 tras ganar la primera etapa en Bruselas. Gesink pasó el testigo a un compañero y a un compatriota. Alivio para el equipo. Le siguen en la general el italiano Edoardo Affini y el holandés Sam Oomen. Con Roglic como líder real en la cuarta plaza, el ecuatoriano Richard Carapaz es séptimo a 13 segundos y Carlos Rodríguez primer español, noveno, con el mismo tiempo.
Primera escapada controlada
Etapa en tierra de ciclismo, con salida luminosa en Hertogenbosch (Bosque Ducal), capital del Brabante septentrional, ciudad turística medieval cuna del genio de la pintura flamenca conocido como El Bosco, el creador del «camino nuevo». Un camino que para los corredores iba a desembocar en una jornada para el esprint, donde se esperaba a los «guepardos» del pelotón.
Enseguida quedó dibujada la primera fuga de la presente edición con el local Van den Berg (EF Education), Jetse Bol (Burgos-BH), Pau Miquel (Kern Pharma), regalándose una escapada en el día de su 22 cumpleaños, Xabier Azparren (Euskaltel-Euskadi) y Thibault Guernalec, ninguno peligroso para hacer peligrar la roja de Robert Gesink.
Aventura permitida, que llegó a tener una ventaja de 6 minutos, pero la aparición del viento y la reacción del pelotón sentenció la fuga lejos de meta, aunque la caza efectiva no se hizo efectiva hasta 58 km de meta. Antes, el representante neerlandés Van der Berg coronó primero en la cota de Amerongse (4a), lo que le permitió subir al podio a estrenar el primer maillot de la montaña, blanco con puntos azules.
Maté se estrena en fuga
Trabajó el Alpecin Deceuninck para fulminar la escapada, y esa labor le sirvió a Jumbo para tener una «liebre» muy aprovechable, con la roja de Gesink a buen recaudo y el jefe Primoz Roglic en butaca. La idea del Alpecin era propiciar la llegada masiva para el remate de Merlier, pero idéntico objetivo tenían equipos como Trek con Pedersen o el UAE con Ackerman.
Hubo un rebelde más, otro soñador dispuesto a alterar el orden. No podía ser otro que Luis Ángel Maté (Euskaltel Euskadi), el rey de las escapadas. El linde marbellí arrancó en solitario en busca de lo imposible.
Medio minuto de diferencia para el «linde de Marbella» a 35 km de Utrecht, sin apenas opciones, pero con rentabilidad publicitaria para su equipo y personal. El corredor de 38 años, en su undécima participación, ha prometido plantar un árbol por kilómetro escapado en la Vuelta para repoblar Sierra Bermeja, en su día arrasada por los incendios.
El lince se extinguió a 20 de la llegada, o sea, unos 25 árboles para Maté y el monte quemado. Enseguida se animó el pelotón para la disputa del esprint intermedio de Vliegbasis Soesterberg, donde pasó primero Pedersen. Los nervios provocaron las caídas de Mulhberger y Poels, entre otros, y el Jumbo, que no quería riesgos, se puso a tirar en cabeza.
Valverde al suelo
El decorado cambio a medida que se acercaba la meta situada en la Ciudad Universitaria de Utrecht. Ya se rodaba a 50 por hora y los equipos andaban buscando su estrategia para lanzar a su candidato al esprint.
El Ineos pasó al frente para evitar lo que provoca panico en los corredores: las caídas. Los hombres de Carapaz y Carlos Rodríguez tensaron el ritmo alargando la forma del pelotón, donde los hombres del UAE, BikeExchange y Alpecin buscaban la mejor posición para cuando se deesatara la jauría por la victoria.
UAE mandó a Marc Soler en avanzadilla para colocar a Ackerman, momento en que se instaló el descontrol, ya dentro de la zona de seguridad de los 3 km antes de meta. Hubo nervios, dudas y maniobras que terminaron en accidente.
A 700 metros de la linea hubo montonera. Atrapado Valverde. «Se han caído delante y no lo he podido evitar, no ha sido un día tranquilo, como lo demuestra el hostión. Creo que no es nada», tranquilizó el «Bala».
Unos al suelo, otros a por la victoria. Sam Bennett pescó en río revuelto. El ciclista de Wervik amplió su palmarés, que ya incluye 4 etapas en la Vuelta, además de 3 en el Giro y 2 en el Tour de Francia, en un total de 58 victorias en su palmarés. Ahora vestido de verde, el irlandés respira tranquilo. «Sin ganar, otros objetivos no sirven de nada», dijo.
Este domingo la tercera etapa se disputará con salida y meta en Breda, la jornada más larga de la presente edición con 193,2 km de recorrido. EFE