DE LA BREVEDAD en mi trabajo (V)
Y otros micro cuentos, a que se entretengan:
EL GUÍA
Se terminaba la visita. Todos querían agradecer al guía porque mostraba sus conocimientos sobre el castillo, admirablemente. Se notaba que había vivido largo tiempo en la magnífica edificación.
Una señora del grupo, al tiempo que le agradecía, le preguntó si había fantasmas en el lugar, que, en ciertos sitios era bastante tétrico, perdone usted.
—¿Fantasmas? —dijo el viejo guía—. No. Nunca los he visto y llevo viviendo ya ochocientos años aquí.
—Perdone, ¿cuántos años dijo?
—Ochocientos, más o menos. —Hizo una reverencia a todos, y desapareció, ante el asombro general.
Y UN ÁNGEL EN MICRO:
. III
Ángel bueno: cualquiera puede serlo, solo es cuestión de alas, vuelo, suma bondad.
Con esa sabiduría que la caracteriza, Cecilia Ansaldo Briones, la mayor de nuestras críticas ha analizado las piezas.
“Inagotable la imaginación del autor cuencano. Refinado su estilo siempre emergiendo de un vértice y siempre transformándose. Lástima que los microcuentos se queden poco tiempo en la memoria del lector porque en el instante que ingresan a nuestra mente, son puñaladas de luz”. (Prólogo de DÍAS DE LA VIDA. CIEN MICRO CUENTOS, Universidad del Azuay, Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay, Cuenca, 2022.
Agradezco a Cecilia por su extraordinaria percepción de la forma en que están construidos los cuentos de este libro.
En realidad, me he esmerado en buscarle el valor genuino a la palabra, a que rinda al lector todo lo posible de su sentido y posibilidades.
Me esforcé en todas las piezas, pero algunas, como ya Uds. han percibido, forman parte de lo que más amo al momento de escribir,
concretamente aquellas historias que versan sobre ángeles y fantasmas.
¿Qué espero del futuro en el dominio de lo breve?
Nada muy concreto, diría yo, pero como anhelo continuar escribiendo mientras tenga fuerzas e imaginación, los microcuentos seguirán ocupando un lugar en mi producción, como en todo lo que he hecho hasta el presente, con mucho respeto hacia los lectores y grandes deseos de compartir con ellos mi trabajo, estableciendo un diálogo permanente, que es lo que sustenta la vida y la obra de todo creador por la palabra. Siempre he buscado y busco un interlocutor posible y a este le dedico permanentemente mi producción. (o)