Este es un mensaje que el pasado viernes 27 de enero estuvo presente en muchos medios de comunicación y en redes sociales, sobre todo en aquellas vinculadas con Israel o el judaísmo, en vista de que cada 27 de enero se conmemora el aniversario de la liberación del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau por las tropas soviéticas en 1945 cerca de Cracovia en lo que hoy es Polonia. Por tal motivo desde 2005 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó a este día como el día internacional de conmemoración de las víctimas del Holocausto.
Los visitantes del campo de concentración Auschwitz son recibidos con la célebre frase “Quién olvida su historia está condenado a repetirla”, frase atribuida a lo largo del tiempo a distintos autores como Cicerón, Napoleón, Marx, Churchill, o Santayana. Para este fin, cada año se realizan muchos homenajes a las víctimas del Holocausto y se intenta mantener viva su memoria a través de testimonios de los cada vez más escasos sobrevivientes, además de películas, documentales, testimonios y otras estrategias que mantengan viva su memoria y no permitan que olvidemos su historia, en el intento de que esta no se repita.
Sin embargo, el Holocausto, definido actualmente como genocidio, término que no existía cuando el Holocausto ocurrió y que se incorporó al derecho internacional en 1948, parece que como tal no ha sido una lección de la que se ha aprendido para que no se repita; ya que el intento coordinado y planificado para destruir a grupos de personas, o la tortura y asesinatos masivos se han repetido en muchos lugares del planeta y se siguen repitiendo con alarmante frecuencia ante la indiferencia y apatía general, atrocidades que ahora mismo ocurren y sobre las que hacemos poco.
@ceciliaugalde