La Universidad del Azuay a través del grupo de investigación CIIPO (Centro de Investigación de Ingeniería de la Producción y Operaciones) con el apoyo de la carrera de Ingeniería de la Producción y la carrera de Ingeniería de Alimentos de la Facultad de Ciencia y Tecnología, se propuso investigar sobre el desarrollo de un nuevo tipo de papel reciclado haciendo uso de residuos de ají, papel reciclado obtenido de la comunidad universitaria y procesos de tratamiento físicos.
Breve Historia
En el territorio ecuatoriano por excelencia se practica la agricultura, ventaja por la cual se obtiene gran variedad de frutas y verduras que son el sustento económico de muchas familias; lamentablemente, a lo largo de la cadena agroproductiva se dan una serie de errores y fallas que resultan en un deterioro de la calidad del producto durante la comercialización, lo cual se ve reflejado en pérdidas monetarias para las familias comerciantes.
El grupo de investigación dirigido por el Dr. Jonnatan Avilés, emprendió el reto de crear diferentes tipos de papel, al reutilizar materia prima que usualmente se desecha, sin aprovechar al máximo las características particulares de las mismas. En estos últimos años se han trabajado en varios productos, papel de arroz, papel con pulpas concentradas, papel rígido y actualmente papel de ají.
Los beneficios de estos materiales son diversos, desde incrementar la absorción para crear pañales a bajos costos, hasta ralentizar el crecimiento de hongos en productos comestibles.
Todos estos procesos se fabricaron bajo experimentación estadística, para poder replicarlos en un futuro y obtener las mismas condiciones; además de asegurar una correcta manufactura.
El ají en general tiene un compuesto que combate a los hongos, este se llama capsaicina y está muy presente en el ají de nuestro medio, al que llamamos “ají rocoto”. En Cuenca y sus alrededores existe una gran cantidad de ají residual proveniente de plantas caseras, así como de haciendas, por ende, los residuos de esta planta están disponibles a lo largo del año.
Proceso de fabricación del “Papel Reciclado de Ají” y sus beneficios
Cristina Bermeo, técnica encargada, conjuntamente con el grupo de investigación propusieron un proceso de manufactura en medio húmedo y con secado semi forzado, para la creación de este papel. De manera general el proceso consiste en los siguientes pasos: selección del papel reciclado, triturado del papel, tratado de los residuos del ají, obtención del concentrado de ají, formación de pulpa de papel, mezclado y formado del papel, secado del papel, perfilado, tratamiento ultravioleta, y pruebas de calidad.
El papel realizado si bien se manufacturó de manera artesanal, pero se controló bajo vigilancia de laboratorio, lo que permitió aislar algunos de sus comportamientos y características.
Los ajíes utilizados se obtuvieron de restos de mercados locales e incluso se usaron ajíes que crecen en los huertos caseros de nuestros estudiantes; el agua utilizada en el proceso es a través de agua lluvia cuando es posible, pudiendo reutilizar este recurso en varias ocasiones.
Después de varios ensayos de laboratorio se identificaron algunos beneficios de este papel, por ejemplo, al colocar el papel como base en las cajas plásticas con fresas, el hongo que usualmente nace en las fresas tardó casi 48 horas más en aparecer sin refrigeración, esto podría ayudar a tener más tiempo de vida útil del alimento, sin tener que desecharlo.
Además este papel podría servir como repelente de algunos insectos. Otra ventaja identificada de este papel es que no produce migración del sabor a los productos, por lo que el sabor de frutas o verduras no se vería afectado.
Nuestro papel podría seguirse desarrollando como un medio de empaque para transporte, si bien existen cartones y papel plástico especializado para el transporte de frutas y verduras, el costo y huella ambiental de este medio de empaque es muy alto. Al utilizar nuestro papel que frecuentemente está creado de hojas de cuadernos, exámenes, fotocopias, o similares, estamos aportando un poco para no lastimar más a nuestro planeta, mientras aprovechamos los beneficios de los materiales.
