Todo pueblo se distingue por cualidades, propiedades, virtudes y meritoria que confieren un valor identitario que diferencia uno de otro, surgiendo nombres que hacen relación a la Tierra, que nos vio nacer, mediante cognomentos que enaltecen los atributos y cualidades que identifican a la región, a la población, a los ciudadanos.
Los ecuatorianos hemos sido atrapados por procesos de migración alimentados por la economía del país, en donde priman políticas oligopólicas. Por ejemplo, mirar la economía de provincias riquísimas agrícolamente, sin servicios, vialidad, desarrollo colectivo, etc., nos permite ver cómo solo se constituyen en productores de economía exportable, los dineros nunca se invierten para el desarrollo intestino, lo tienen en las cuentas bancarias en el exterior. No confiamos en el país ni lo desarrollamos en tanto la población se miserabiliza generando grandes diferencias sociales, educativas, sanitarias y son costras poblacionales sin futuro, que sirven de crisol para la delincuencia.
Es no tener identidad, dar más importancia a la música foránea, gastronomía de chatarra y ajenos a nuestra cultura. No incubar metas dirigidas a desarrollar con certeza, ética, moral y verdad a nuestra sociedad. Actuar sólo en función del bolsillo e intereses propios, sin pensar en el pueblo del cual formamos parte y al cual nos debemos.
Es que somos víctimas de la Teoría solar, que impide a los pueblos ecuatoriales su crecimiento y prosperidad. Mientras tanto el único factor que amalgama identitariamente a los ecuatorianos resulta ser el fútbol con la intervención de muchos afrodescendientes. Somos malos pagadores de impuestos, lanzamos basura por doquier, no cuidamos nuestra naturaleza, no respetamos la hora. (O)