Esta semana, la Junta Cantonal recibió la denuncia contra un docente de derecho que violentó de forma sistemática a estudiantes de la Universidad del Azuay y de la Universidad de Cuenca. Gracias al debido procedimiento, el docente fue suspendido temporalmente de sus labores en la UDA, no así en la Universidad de Cuenca, porque no hay una denuncia explícita de una alumna de esta universidad. Todo un enredo técnico, legal y administrativo, que deja en el desamparo a cientos de estudiantes de la Universidad de Cuenca, y en la impunidad a quienes no solo cometen acoso escolar y violencia psicológica, sino que acosan sexualmente.
Una vez que esta denuncia se hizo pública, se hacen plantones casi diarios en la Universidad de Cuenca; las estudiantes exigen justicia, afirman haber sido víctimas de acoso escolar y sexual en más de una ocasión por parte del docente acusado, pero que ante la impunidad y el poder que este ostenta, tienen miedo de hacer una denuncia, plantean que es más probable que pierdan el año antes de que el docente sea expulsado.
La impunidad campea ante el poder machista en todos los espacios, incluso en aquellos que se supone han defendido históricamente los derechos del pueblo. Exigimos justicia, y les recordamos que, si es con una, es con todas. (O)
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