Nuevamente a las urnas

El próximo 21 de abril, el Ecuador volverá a las urnas para pronunciarse frente a un cuestionario de 11 preguntas, 5 de consulta popular y 6 de referéndum (implican cambios a nivel constitucional). Esta columna, reflexiona únicamente las relativas al referéndum.

En esta ocasión, se incluye una pregunta que cumplió el proceso de reforma parcial dispuesto por parte de la Corte Constitucional, es decir, fue discutida y aprobada por parte de la Asamblea Nacional. Se trata de la propuesta que el expresidente Laso, presentó respecto a la labor complementaria que pueda realizar las Fuerzas Armadas en las funciones propias que tiene asignada la Policía Nacional, todo ello con el propósito de combatir el crimen organizado.

Respecto al resto de preguntas del referéndum, se puede decir que, se tratan de 2 relativas a cambios en el sistema de administración de justicia, lo cual puede repercutir de manera positiva como herramientas a la lucha contra la inseguridad; mientras que, los 2 restantes, se ven como formas de atraer la inversión extranjera y reactivar la economía nacional.

En el primer grupo de preguntas, se incluye la relativa a la extradición de los ecuatorianos, misma que ya fue consultada a la ciudadanía meses atrás, no obstante, considero que las condiciones han variado, por lo que el apoyo a la misma podría ser decisiva para el combate al crimen transnacional. Mientras que, aquella relativa al establecimiento de judicaturas especializadas en materia constitucional, responde a un clamor ciudadano frente a la incorrecta aplicación de las garantías jurisdiccionales por parte de algunos jueces, en casos que tuvieron repercusión nacional.

En el segundo grupo, se incluye un cambio importante respecto a la inclusión del arbitraje internacional como método para solucionar controversias, se intenta así superar la restricción que consta a la fecha, la cual tuvo su origen en el supuesto respeto de la soberanía nacional.

Por último, la pregunta relativa al régimen laboral, es decir, la inclusión del contrato de trabajo a plazo fijo y por horas. Al parecer, esta reforma intenta formalizar el actual mercado laboral, pues si bien es cierto, a la fecha estas modalidades no se encuentran permitidas, es común conocer casos en los cuáles empleadores utilizan estas figuras.

En general, la papeleta que se entregará a los ecuatorianos despertará pocas incomodidades, y salvo aquella relativa al régimen laboral, que podrá incomodar a sindicatos, asociaciones y otros colectivos, la corta campaña por el Sí y el No, se desarrollará con relativa calma.

Desde esta columna anhelo que los cambios que el pueblo en su calidad de soberano autorice, se traduzca en mayor seguridad, empleo, y combate contra la corrupción. (O)

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