Renacer

La lectura o goce de los libros, ha sido considerada siempre entre los encantos de una vida culta y respetable para quienes se conceden rara vez ese privilegio. Es fácil comprenderlo cuando comparamos la diferencia entre la vida de un hombre que no lee y la de uno que lee.

Cuando una persona toma un libro en sus manos, entra en un mundo diferente, y si el libro es bueno, se ve inmediatamente en contacto con uno de los mejores conversadores del mundo; éste lo conduce y lo transporta a un país distinto, a otra época, o descarga en él, algunos de sus pesares personales, o discute con él un aspecto de la vida.

El día 21 de marzo, en el Museo de la Historia de la Medicina, se realizó la presentación del libro RENACER, cuya autora es María Elena Polo Palacio.

En la mencionada obra, su autora hace un llamado a un despertar de la consciencia a un nivel más amplio, a romper esa visión limitada de la realidad, a partir sólo de lo que sucede en el exterior, sino verte a ti mismo.

Te invita a reflexionar si estás llevando la vida que deseas, si eres feliz con ello, y de no ser así, a permitirte un cambio, a partir de la interpretación de tus pensamientos, de abandonar falsas creencias, expectativas, perfección, apegos, rencores, juicios y otras expresiones del ego.

A partir de la experiencia de un suceso traumático, la exposición que aparece en el texto narra un proceso de constante aprendizaje en el que se resaltan valores como la gratitud, la aceptación, el perdón, la empatía, la compasión y el amor, siempre en pos de fortalecer la esencia del Ser.

Te anima pues, a inspirarte, a redescubrir tu potencial hoy, en el presente, a no esperar que ocurra algún acontecimiento adverso o fuera de tu alcance, para que tomes consciencia de tu propia vida.

Ojalá todo pudiéramos renacer en nuestras vidas, dejar atrás viejos acontecimientos por muy dolorosos que fueren, superar dificultades a partir del conocimiento de nosotros mismos, de lo que somos capaces de dar y hacer; y, una observación aguda sobre lo que pensamos y creemos como lo que resalta la autora.

Un escritor tiene un interés instintivo por las palabras como tales, cada palabra tiene vida, y personalidad. Las palabras definen la identidad de cada ser humano, el lugar que uno ocupa en la vida social, política etc.

Felicito a María Elena por compartir en una sencilla exposición sus peculiares vivencias, pero al mismo tiempo por presentar una obra rica en reflexiones sobre conceptos y valores muy profundos del convivir diario. (O)

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