La triatleta Elizabeth Bravo es la primera mujer en la historia del deporte azuayo en clasificar a cuatro Juegos Olímpicos: Londres 2012, Río 2016, Tokio 2021 y París 2024.
“¡Es una locura!, uno no sabe cómo está aquí con tantos obstáculos que ha tenido, sabemos que no estamos solos y eso nos hace que continuemos luchando cuando nos caemos”.
El ciclo olímpico “comenzamos con una fractura por estrés a nivel del sacro. Mi perro me hizo caer, no fue ni competencia. Tuvimos que parar un mes sin correr, solo nadábamos, influía en el ánimo, en todo».
«Al siguiente año tuvimos un esguince muy grande en el tobillo. Nos mantuvo seis meses sin poder entrenar al 100 %, sin correr casi dos meses, sin patear cuatro meses y todavía dolía”.
Bravo competirá en París el 31 de julio. A dos meses de la cita más esperada del año, no presenta lesiones, salvo una pequeña molestia en la rodilla derecha a la que no le encuentran causa ni cura desde 2021.
“No me molesta cuando entreno o compito, pero tengo que mimarle mucho a la rodilla. No es algo que me preocupa tanto porque no es una lesión actual, la vengo manejando prácticamente tres años”.
Elizabeth reconoce que se encuentra en el mejor momento deportivo, a sus 37 años de edad. “Siempre digo: me canso más rápido que antes, estoy vieja. Pero mi hijo me dice: no mamá, tú estás bien».
«Él me hizo cambiar el chip de pensar que la edad es algo que a uno le puede bloquear. Sé que debo cuidar un poco más mi cuerpo porque tengo muchos más años, también fisiológicamente cambié después del embarazo, pero creo que uno puede seguir cumpliendo sueños y trabajando duro hasta la edad que uno se proponga”.
Claves de Elizabeth Bravo para el buen rendimiento
Gran parte de su buen rendimiento Elizabeth Bravo lo endosa a su entrenador y esposo Francisco Tirado y al grupo de atletas que le rodea. Está convencida que algunos de ellos estará en Los Ángeles 2028.
Al ser de diversas ciudades rotan las bases de entrenamiento entre Cuenca, Salinas o Guayaquil. “No entrenar sola me ayudado mucho para la cabeza. Tener gente de mayor nivel a mi lado, me ha ayudado mucho a mejorar mi rendimiento”.
La paz interior es otro aspecto que resalta como parte del éxito. “Desde chiquita me castigaba mucho cuando las cosas no me salían porque soy como muy metódica. Soltar ese peso me ayudó bastante. Creo que esa madurez, tratar de no pensar en el que dirá la gente, me ha dado los cuatro juegos olímpicos”.
El apoyo de su familia ha sido clave para llevar a la par los roles de madre y deportista. Confiesa que después de dar a luz se apoyó en doctores, fisioterapeutas y osteópatas porque sentía que estaba atrapada en otro cuerpo.
Pese al buen trabajo de los profesionales, aún siente que algo no está bien en ella. “No me han encontrado nada malo, pero tengo muchos problemas con el frío, no puedo subir de peso, son cosas que antes no me pasaban”.
Preparativos rumbo a Juegos Olímpicos París 2024
Con la experiencia acumulada en tres citas olímpicas veraniegas, Bravo considera que rumbo a París hay que concentrarse, hacer bien hechas las cosas un día a la vez y preguntarse cada día qué es lo que faltó o que hace falta durante el entrenamiento y la recuperación.
Antes de competir en los Juegos Olímpicos será parte de un campamento pagado por PanamSport, a las afueras de Francia. En agosto de 2023 no pudo asistir al Test Event de París por una lesión en su pie.
Aunque perdió la chance de reconocer de manera presencial el circuito olímpico, a través de videos admite que es un muy buen recorrido. Está a la expectativa de algún cambio que podrían hacer los organizadores en caso de que no puedan tener el agua del río Sena en óptimas condiciones.
“Uno como deportista sabe que el lugar no debe influir tanto. Hemos probado de todo, subidas, bajadas, adoquín, frío, calor, con neopreno, sin neopreno, hemos competido en todas las condiciones. Yo creo que en la mayoría hemos respondido súper bien, así que espero que todo salga bien”.
“Para estar en el primer mundo, hay que invertir mucho”
Elizabeth Bravo dice que el deportista debe invertir mucho en alimentación, tecnología, implementos, recuperación, competencias.
Si las entidades deportivas o las empresas privadas no tienen recursos, se debe usar el premio económico que ganan en alguna carrera, lo importante es no descuidar cada detalle.
“Cuando empecé en el deporte no tenía geles, hidratantes, no tenía una bicicleta de carbono con cambios eléctricos. Ahora tenemos frenos de disco, potenciómetros y placa de carbono en los zapatos, tenemos implementos para la recuperación: medias y botas de compresión».
El triatlón es un mundo caro, advierte. “Para estar en el primer mundo uno tiene que invertir mucho. Los zapatos de carbono valen 350 dólares, duran un año y solo los usamos para correr. Unas botas para recuperar valen 400 dólares. También tenemos rodillos portátiles que llevamos a las competencias… Hoy estamos prácticamente con todo lo que tienen otras naciones así que espero ponerlos en práctica y que sirvan”.
Un llamado a las autoridades
Elizabeth Bravo asegura que hay buen talento en triatlón tanto en deportistas como en entrenadores, solo falta mayor apoyo de las autoridades y empresas privadas. “El triatlón ha evolucionado tanto que hay que competir mucho más de lo que los chicos compiten ahora”.
El Ministerio del Deporte debe ajustar los tiempos en la entrega de recursos. “Este año nos llegó en mayo el apoyo de fisioterapia y el equipo multidisciplinario. Prácticamente cuando ya estamos listos para irnos y vamos medio año”.
En Azuay hace falta mejorar la infraestructura. “Miren cómo está nuestro estadio. No tenemos piscina, no tenemos pista. Desde hace casi cinco años la piscina si no está fría, está sucia. Creo que esto influye mucho a que las futuras generaciones lleguen más lejos”.
¿Piensa en unos quintos Juegos Olímpicos?
Por ahora está enfocada en París 2024. Después asistirá a otras copas mundo y cerrará el año con el Campeonato Mundial de Ironman 70.3 a realizarse en Nueva Zelanda el 14 y 15 de diciembre.
“Después de eso tomaremos la decisión. Creo que podría ser unos quintos Juegos Olímpicos (Los Ángeles 2028), pero vamos a ver cómo van pasando las cosas”.
¿Le seduce ser entrenadora de triatlón?
“No me gusta mucho, quisiera tener una Escuela de Triatlón, pero al frente del entrenamiento estaría mi esposo (Francisco Tirado). A él le fascina, es un apasionado por el deporte, por la tecnología, por los resultados, por los entrenamientos. A mí me encanta la fisioterapia, así que imagino que le estaría acompañando en esa área”.
La Frase
“El triatlón ha cambiado mucho en cada ciclo olímpico. He tenido la resiliencia para ir cambiando con él. En este momento corro en 34 minutos (el kilómetro). Si hubiera corrido así en los Juegos de Beijing hubiese ganado la medalla de oro fácilmente con mucha ventaja”.