El atletismo y la odontología, la esencia de vida de Manuel Bravo
Combinar la dirigencia deportiva, el atletismo y la odontología, no es tarea complicada para el cuencano Manuel Estuardo Bravo Calderón, quien fue uno de los destacados atletas que cobijó la provincia y el país en la década de los ochentas y parte de los noventa.
En la actualidad también se dedica a la docencia y es uno de los representantes tricolores que ha completado las seis grandes maratones en el mundo.
Bravo en la actualidad tiene 52 años, pero se mantiene en forma gracias a sus sesiones de entrenamientos con su club: Objetivo 42, claro está, sin descuidar su profesión como odontólogo y catedrático en la Universidad de Cuenca.
En medio del ambiente de su Clínica Orthodent y con vestimenta de doctor, el exseleccionado nacional, recuerda que su pasión por el deporte base nace desde que era niño.
“No recuerdo la edad, pero esta disciplina me enamoró. No tenía en mente otro deporte, sino que como era rápido y tenía resistencia, enseguida me vincule al atletismo”.
Su primer entrenador y quien motivó a convertirse en deportista fue el reconocido estratega Luis Flores. El profesional fue uno de sus mentores en los diferentes eventos colegiales.
El cuencano cursó su etapa de la secundaria en la Academia Dominicana y luego cerró este ciclo en el colegio Bilingüe Interamericana.
“Tuve varios momentos de alegría, y esto motivó para dedicar todo mi tiempo al atletismo. Me cuidaba mucho, mi objetivo siempre fue de sobresalir”.
Tras destacarse en varios eventos en su época colegial, el destino lo llevó a la dirección técnica del experimentado estratega Luis Muñoz, considerado una de las figuras más importante de la disciplina en el país.
Manuel Bravo, llamado también por sus amigos como ‘Perro’, retrocede el tiempo y confirma que su primera presea de relevancia fue a sus 16 años. Esto fue en el Campeonato Sudamericano Juvenil que se disputó en Cuenca. En aquella cita sumó una plata en 400 metros posta y un bronce en los 300 metros vallas.
Estos resultados llevaron a que la figura del cuencano también esté entre los élites. En 1990, suma un metal de plata en los Juegos ODESUR de Lima, en 800 metros planos, considerada por el cuencano, una de las carreras más complejas, pues combina resistencia y velocidad. En esa cita también obtuvo un bronce en la posta 4×4 con récord nacional incluido.
“Me enamoré de los 800 metros y de los 400 metros vallas. Puedo pasar horas viendo competencias de estas distancias (sonríe)”.
Durante su época de gloria, los triunfos a escala del país no fueron esquivos. Bravo fue campeón nacional en distintas pruebas.
Retiro de la alta competencia
A pesar de que vivía en uno de sus mejores momentos deportivos, el cuencano, a sus 23 años, tuvo que tomar la decisión de retirarse de las competencias y enfocarse en su carrera universitaria. En este caso, la odontología. Culminó sus estudios en la Universidad de Cuenca, en 1994.
“Tuve un retiro prematuro. En ese entonces no había tanto apoyo y tenía que tomar una decisión importante. Aunque tuve un viaje para hacer mi especialidad en Cuba, donde aproeveché para competir”, añade. En 1996 actuó en los Juegos Nacionales de Esmeraldas y sumó para Azuay una plata en 400 metros vallas.
Precisamente, previo a su despedida del alto rendimiento, asistió como representante de Ecuador a los Juegos Bolivarianos de Arequipa (Perú) que se disputaron en 1997. En aquella cita fue cuarto en 800 metros planos y también compitió en los 400 metros posta.
En su época de deportista tuvo una tarea pendiente: estar en unos Juegos Olímpicos. Sin embargo, no se arrepiente de nada.
Durante su paso por la universidad, ya tuvo una inclinación a la dirigencia. Se desempeñó como presidente de la Liga Deportiva Universitaria. Compartió esta labor con otros destacados deportistas como Edwin Sacoto (tenis de mesa) y Felipe Delgado (ajedrez).
“Aunque, como dice el dicho, que un buen deportista no siempre va a ser un buen dirigente o viceversa. A todo hay que ponerle empeño y dedicación”.
Bravo fue uno de los pilares para que reaparezca la Asociación de Atletismo del Azuay, en 2004. Luego, en el 2013, asume la presidencia de la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA). Sus dos periodos al frente de este organismo finalizan en octubre del 2025.
“Hay que cerrar capítulos. En todo existe renovación, así es la ley. Pero en todo se necesita dejar huellas, siento que ha sido un momento muy bueno en mi vida”.
Completó la seis maratones más famosas del mundo
Manuel Bravo es el segundo cuencano en completar las seis maratones más famosas del mundo (World Marathon Majors).
El azuayo mostró su mejor rendimiento en las pruebas de Chicago, Boston, New York, Berlín, Tokio y Londres. Le tomó una década completar este proyecto de vida (2022).
Corrió ocho veces la maratón de New York, pero él quería otras metas. Sus primeros 42 kilómetros los hizo en esta ciudad en el 2004. No obstante, su reto inició en el 2010 buscando nuevas marcas.
“Mi mejor tiempo lo hice en la maratón de Valencia 2019, registré tres horas y 23 minutos. Gracias a este crono entré a Boston y también completé la prueba de Londres. Lo importante es terminar y completar con todos los sentidos (sonríe)”.
Manuel Bravo, el próximo 24 de septiembre, llegará a los 53 años. Siente que la vida le ha premiado, en todo sentido, como deportista, profesional y líder de su familia.
Su sueño es que en los Juegos Olímpicos de París 2024 los atletas ecuatorianos sumen una medalla. Quiere cerrar este ciclo dirigencial en la FEA con este logro.
En sus objetivos a corto plazo también está cumplir un nuevo título de cuarto nivel con una maestría olímpica. Esta se sumaría a las cinco maestrías obtenidas (deporte y profesión) y a un PhD que ya lo ostenta.
“El servicio a la comunidad se la hace de diferentes ámbitos. En la vida hay triunfos y fracasos, pero al final es la sociedad la que reconoce…”.