Bernhard Glanzmann pionero de la matricería

Bernhard Glanzmann,  joven de origen alemán a sus 24 años, luego de haber concluido sus estudios universitarios y obtenido el título de  Técnico Matricero, se sintió atraído por la convocatoria con el lema  “Apoyar a la educación técnica es ayudar al desarrollo del Ecuador”, del  Padre Guillermo Mensi,  Rector del Colegio Técnico Salesiano, para impulsar un proyecto educativo en el área de la metal mecánica, con la ayuda financiera de MISEREOR, una asociación de católicos alemana.

En febrero de 1971 arribó al  Ecuador,  su única referencia que tenía eran las Islas Galápagos. La misión era poder ayudar con el desarrollo tecnológico del Ecuador, sembrar la Matricería que es la producción industrial en serie, en el  sistema educativo,  primero del Colegio Técnico Salesiano de Cuenca, por un período de dos años.

Al encontrar una urbe que la fascinó por su riqueza artística y cultural, con gente bondosa, terreno fértil con buena formación educativa, alumnos que pronto sobresalieron como:  Luis Ortíz, César Chica, Luis Sánchez, Carlos Espinoza, Teodoro Ortíz, Vinicio Landy, siendo requeridos en todo el país,  la participación de nuevos docentes provenientes de Europa: Martín Pfeifer, Werner Steeb, Detlef Blettenberg,  Herbert Schum, Gregorio Pérez,  la concreción de pequeños y grandes proyectos de Matricería, la creación del Instituto Tecnológico Salesiano, su retorno cada vez se  aplazó.

Los empresarios e inversionistas cuencanos, de Quito y Guayaquil  pronto creyeron en la importancia de la Matricería,  dándose la creación de Indurama,  Fibroacero, Sabril Industrias, Italpisos, Inmeplast,  Gerardo Ortíz, Indalum, Durek, Tecoplast, que convierten a nuestra urbe en la  ciudad de mayor grado de desarrollo tecnológico nacional.

Concluida su etapa como docente e investigador en Técnico Salesiano, creó su propia empresa de matricería y producción en serie de productos en acero inoxidable, generando empleo y brindando sus espacios para que los nuevos matriceros en formación, realicen sus prácticas pre profesionales.

Al talentoso docente y emprendedor BERNHARD GLANZMAN, la ciudad le debe un gran reconocimiento por su inmenso apoyo al crecimiento tecnológico local y nacional ¡A todo Señor, todo honor! (O)

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