El fósil de un pingüino neozelandés puede indicar la evolución de la especie, dice estudio

Los fósiles de un diminuto pingüino que habitó Nueva Zelanda hace 24 millones de años pueden dar pistas sobre el desarrollo de sus habilidades para nadar durante su proceso evolutivo, según un estudio divulgado este jueves 1 de agosto de 2024 por fuentes académicas.

Se trata del ‘Pakudyptes hakataramea’, un ave que data de la época del Oligoceno y que tenía el mismo tamaño que el pingüino azul o ‘Eudyptula minor’ -actualmente considerado el pingüino más pequeño del planeta-, según un comunicado publicado hoy por la Universidad de Otago.

Estas claves se desprenden del análisis de los fósiles de un húmero, un fémur y un cubito del ‘Pakudyptes hakataramea’, que indica que las alas de estos pingüinos prehistóricos tenían una estructura comparable a los ‘Eudyptula minor’, según afirmó el autor principal del estudio, Tatsuro Ando.

Los huesos como el húmero y el cúbito muestran zonas para la fijación de músculos y ligamentos que revelan cómo se utilizaban las alas para nadar y maniobrar bajo el agua.

La investigación liderada por Ando reveló algo «sorprendente«: las articulaciones de los hombros del ala de ‘Pakudyptes’ eran muy parecidas a las del pingüino actual, aunque las de los codos eran muy similares a las de tipos más antiguos de pingüinos prehistóricos.

El estudio publicado el miércoles en la revista científica Journal of the Royal Society of New Zealand remarca que la capacidad del ‘Pakudyptes’ para bucear y nadar se debe a la peculiar combinación de sus huesos.

«Pakudyptes es el primer pingüino fósil encontrado con esta combinación, y es el fósil ‘clave’ para desentrañar la evolución de las alas de los pingüinos», remarcó Ando en el comunicado.

Por su lado, la coautora del estudio, Carolina Loch, explicó que los pingüinos modernos tienen una excelente capacidad natatoria, en gran parte debido a sus huesos densos y gruesos que contribuyen a la flotabilidad durante el buceo.

Loch apuntó que en el caso del ‘Pakudyptes hakataramea’, la corteza ósea era razonablemente gruesa, aunque la cavidad medular, que es la que contiene la médula ósea, estaba abierta.

Esta característica es similar a las del pingüino azul moderno, que tiende a nadar en aguas poco profundas, de acuerdo con el estudio.

«Los pingüinos evolucionaron rápidamente desde el Oligoceno tardío hasta el Mioceno temprano y Pakudyptes es un fósil importante de este periodo. Su pequeño tamaño y su combinación única de huesos pueden haber contribuido a la diversidad ecológica de los pingüinos modernos», remarcó Loch. EFE

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