¡Qué hacer!

            Algunas ideas. A quien no le duela el dolor, tragedia, picos de migración y realidad de los venezolanos en nuestros países y en el suyo propio; tiene un serio problema. Nadie puede negar lo innegable. Mirar a otro lado no cambia la realidad. Sí indica un trizado sentido de lo humano.

            Soluciones. Aunque se achican, algunas premisas que intentan salir de lo ingenuo (reconociendo a qué se enfrenta) y pasar a lo propositivo.

Hay que buscar caminos urgentes que hagan -digo muestren- que existe algún órgano internacional que tenga sentido en el mundo y pase del discurso sobre la democracia y libertad con fotos internacionales, a la mediación y efectividad sensata de un pueblo que requiere paz y democracia. Entonces, volviendo a las premisas, un pueblo al que le urge: paz, democracia, garantías y verdad.

            Se necesita un líder para la paz. Un mediador. Los venezolanos son católicos en su mayoría. La radiografía espiritual más generaliza muestra que bordea por sobre el 85%. La Organización de Naciones Unidas cuenta con experiencia en mediación a través de diferentes unidades y departamentos, liderados por la Secretaría General. Finalmente, las partes en el conflicto, tienen a Gobiernos de la Región que apoyan sus posiciones. De aquí debe salir una mesa de negociación o mediación para el conflicto conformada por: Iglesia Católica, ONU y Gobierno afín a cada grupo. Además, el compromiso de asumir la recomendación final de esta conciliación. Además, la premisa que no se aceptará ninguna dictadura o gobierno de facto. Pero es urgente. Para ayer.

            Siguiente. Cese a la hostilidad. Ni el Gobierno, ni la oposición. Tiene que existir un armisticio para la mediación. Incluye el urgente silencio de jefes militares y fiscales afines al Régimen. Luego. En esta mesa, publicación y verificación técnica de las actas de votación y del sistema electoral. De las reales. Como parte sustancial para el diálogo. No puede existir ningún avance sin el instrumento en conflicto, sin lo que está en discusión, sin lo que está en la mitad, sin la búsqueda de la verdad a través de las actas. Todo, más allá de un Consejo Electoral amañado o no.

            Decisión final a ser adoptada, que debe incluir condiciones mínimas de transición. No hay otro camino. Que los órganos internacionales se legitimen. Que funcionen esta vez. (O)

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