El ¡sí se pudo! sonó con fuerza y de forma constante a lo largo de las casi dos horas que duró la caravana en la que el campeón olímpico Daniel Pintado recibió el cariño de la ciudad que lo vio nacer hace 29 años.
Tenía apenas un años cuando Cuenca celebró la primera gesta olímpica de Jefferson Pérez en Atlanta 1996.
El bus de dos pisos dejó el aeropuerto Mariscal La Mar alrededor de las 18:20, posterior al arco de agua que dio la bienvenida al cuencano.
Decenas de personas y deportistas esperaron impacientes el saludo del doble medallista olímpico. Pintado tenía lista las medallas para colocarlas a sus padres.
La una fue para su padre Fausto, por todo el sacrificio que hizo por la familia desde su taller de carpintería, y la otra a su madre Eulalia Álvarez, quien tampoco escatimó esfuerzos para que no le faltara nada.
Daniel Pintado abrazó nuevamente a sus hijos que no veía desde hace casi 4 meses. Monserrat exhibió la medalla de plata que obtuvo en la marcha de relevos mixtos; y Nicolás, la medalla de oro que logró en 20 km marcha.
Algarabía en Cuenca por saludar al campeón olímpico
En la avenida España, a pocos metros del aeropuerto, un aficionado se colocó en el cucharón de una retroexcavadora para flamear un par de banderas de Ecuador y sumarse al recibimiento del campeón.
Los que no fueron preparados, buscaron las trompetas y banderas de un dólar. No querían dejar de saludar al andarín que no deseaba ningún tipo de homenaje.
Pero como hace 28 años con Jefferson Pérez, Cuenca cobijó a Daniel Pintado al ser “digna madre de egregios campeones”.
“Estoy muy emocionado. Esto es lo que necesitamos en Cuenca y es lo que necesita la juventud porque se está dañando”, dijo Bolívar Tenen.
El ciudadano de 76 años sostenía en sus manos un pequeño cartel que elaboró con la imagen de los medallistas olímpicos de París 2024.
Los pétalos de rosas llovieron desde los balcones coloniales al paso del bus que transportaba al campeón Daniel Pintado.
Marco Tapia no dejaba de hacer sonar una campanita, mientras continuaban las arengas: ¡Dale campeón, dale campeón, dale campeón, dale campeón!…
“Somos amigos y compañeros de Andrés Chocho, pucha, nos sacamos el sombrero, ¡que bestia!, lo mejor que nos pudo haber dado el Andrés es un medallista olímpico”, resaltó Tapia en medio de una gran multitud que se concentró en el Centro Histórico.
Daniel Pintado recibió el cariño de diversas formas
Propietarios y empleados de diversos locales salieron con sus celulares a captar el momento. Otros como los de la chocolatería ‘Dos Chorreras’ salieron con pequeños sartenes a poner alegría en la noche.
“Es cuencano, ecuatoriano y estamos felices que nos represente a todos”, dijo Dalila Brito tras confesar que no conocía al marchista olímpico Daniel Pintado.
“Ahora es como que uno se va enterando y dice ¡Wow!, deberíamos ver más y ponernos más al tanto de lo que es el deporte ecuatoriano”.
Ya cerca de llegar al estadio Alejandro Serrano Aguilar, en la avenida Remigio Crespo, Jazmín Inga le esperaba con una pizza.
“Es nuestro fiel cliente y estaba esperando llegar para comerse sus tres quesos. Es una alegría para todo el país ¡Gracias Daniel, por todo!», dijo emocionada.
Metros más adelante, Pintado y su entrenador Andrés Chocho detuvieron el bus para solicitar un urinario.
La gente de inmediato se concentró en el local que le abrió las puertas para saludarle de cerca. La seguridad rodeó a los dos y los llevó de prisa nuevamente al bus.
El bus finalmente llegó a la explanada del estadio pasadas las 20:20, no sin antes un grupo de personas entonaron al unísono “se ve, se siente, Daniel está presente”.