¿Te has preguntado por qué tu experiencia materna difiere de lo que viste, leíste o escuchaste? La maternidad es una experiencia silenciada en términos de comunicación. En una sociedad patriarcal, los grupos dominantes controlan la comunicación, imponiendo su visión como la única válida, lo que subordina las experiencias de las mujeres. Esto margina las formas de expresión de los grupos subordinados, quienes deben adoptar modos dominantes para ser escuchados. Así, la experiencia materna se distorsiona y no se alinea con las expectativas patriarcales que idealizan la maternidad, naturalizan roles de género y disciplinan el cuerpo materno bajo una serie de discursos médicos, sociales, económicos. El resultado es un conflicto de identidad para las madres, que deben silenciar sus vivencias para encajar en un molde dominante, legitimando una visión estereotipada que invisibiliza los cuidados y subordina la experiencia femenina al orden simbólico patriarcal. (O)
