Redescubren en Cuenca un sapo que no había sido visto hace cien años

En noviembre de 2022, un grupo de investigadores, liderados por la Fundación Amaru, realizaron una expedición en la Reserva de Conservación Quitahuaycu, en la parroquia Molleturo de Cuenca.

Mientras recorrían un bosque nublado, los participantes de la expedición se encontraron con un sapo, sin saber que trataba del Pristimantis ruidus, un espécimen que recolectó George H. Tate, en 1922, para el Museo Americano de Historia Natural, y que, desde entonces, no había sido visto.

Aunque los investigadores presumían que se trataba de un sapo distinto, no fue sino hasta este 2024 que pudieron asegurar que se trataba del Prismantis ruidus, a quien también se lo llama el “sapito ruidoso de goma de Molleturo”.

Para comprobar se llevaron a cabo análisis genéticos, estudios morfológicos, entre otros ejercicios con especialistas. Tras un año y medio de investigaciones, se llegó a la conclusión de que se había redescubierto un sapo después de un siglo de no saber de él.

¿Quiénes participaron en la investigación?

  • Juan C. Sánchez
  • Diana Székely
  • Luis A. Salagaje M
  • Nicolás Astudillo-Abad
  • Jaime Culebras
  • Paul Székely
  • Ernesto Arbeláez Ortiz

Proteger las áreas naturales donde está la rana

El haber redescubierto a la rana demuestra la necesidad de continuar con el trabajo de proteger áreas pocos conocidas, pero muy importantes por su biodiversidad. Al menos así lo ve Ernesto Arbeláez, presidente de la Fundación Amaru.

La Reserva de Conservación Quitahuayco, en donde se encontró a la rana, es un espacio comunitario y privado de 900 hectáreas que se logró consolidar a través del trabajo y fondos de AMARU, Ecuagenera y South Expeditions.

Sin la importancia que esas organizaciones le dieron al Quitahuyaco, que se emplaza en Molleturo, el redescubrimiento de la rana hubiera sido imposible. Porque precisamente Molleturo es una de las parroquias que más rápido ha perdido su diversidad natural.

La agricultura, la ganadería, los incendios forestales, la tala de los bosques, han provocado una serie de pérdidas en la parroquia rural más grande de Cuenca.

Pedido al Concejo Cantonal

Luego del trabajo de los investigadores el siguiente paso es que la Reserva de Conservación Quitahuayco se convierta en un Área de Conservación y Uso Sustentable (ACUS).

Para esto, Ernesto Arbeláez dijo que se presentará un proyecto al alcalde de Cuenca, Cristian Zamora, y al Concejo Cantonal.

Esperan que se materialice la protección de áreas que no se conocen, pero que cumplen un papel importante no solo para la conservación de la naturaleza como tal, sino que, asimismo, tienen un papel fundamental como zonas de recarga hídrica.

Hasta entonces, los investigadores continuarán con nuevas expediciones e investigaciones que, de seguro, arrojarán nuevos descubrimientos. (I)

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