La economía observada

No comparto la opinión de que Ecuador esté atravesando una “fase contractiva”, “crisis económica” u otras como la que tenemos una “recesión”. Aunque es cierto que la economía no está funcionando con la misma fuerza que en periodos anteriores, sigue mostrando señales de movimiento y actividad; y es que la variación del consumo es menor, justamente la descorazonada empresarial de contratar menos trabajadores o remunerarles con más bajos sueldos está incidiendo en este menor gasto de los hogares que nos hace pensar que la economía observada no anda bien; no obstante, la población activa, la que determina en gran medida el comportamiento del Consumo, sigue moviendo la economía. Los bancos y las cooperativas con sus políticas de captación y colocación son en gran medida el mejor termómetro de la evolución de la economía.

A pesar de que hace pocos meses estuvieron con una agresividad en la captación, evidenciado por una mayor tasa en sus depósitos a plazo (y en sus depósitos a la vista, en ahorros e incluso en cuentas corrientes), en las últimas semanas, ya reducen las tasas pasivas y vuelcan sus fuerzas de ventas en la política de colocaciones. Entonces ¿cómo entender la “agresividad” comercial de los bancos, si la economía estuviera afectada o en crisis? Mi respuesta es que no estamos mal, pues la disposición de los bancos para prestar dinero sugiere que hay confianza en que los fondos serán utilizados y devueltos, lo cual es un indicativo positivo. Lo que realmente falta es mayor transparencia en los ingresos (que no lo suelen ser porque eso significa impuestos) y tener expectativas adaptativas positivas, porque ya no tenemos inflación que nos agobie ni tipo de cambio que nos fastidie. La “estabilidad de precios” y la dolarización que el país tiene, crea un ambiente que permite a la banca, con su poder de mercado, mejor gestión de los fondos prestables.

La empresa y el Estado tienen que trabajar con eficiencia, incrementar la productividad. El trabajador y las familias mejorar su educación financiera, tener un consumo responsable, etc., pues la alta inflación y las tasas de interés internacionales ya no pueden ser usadas como excusas para mantener tasas altas y frenar el crédito. La tasa de intereses pasiva resulta de un promedio, pero el rendimiento final que se obtendrá dependerá de la tasa que ofrezca cada institución financiera y del plazo que se mantenga el depósito y con ello la disponibilidad de fondos prestables para el mayor dinamismo de la economía. (O)

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