Harris vs. Trump en la economía: del debate sobre las propinas a los aranceles y la deuda

La vicepresidenta estadounidense y candidata demócrata, Kamala Harris, y su contrincante republicano para las elecciones de noviembre, el exmandatario Donald Trump, han delineado en las últimas semanas una serie de propuestas para abordar la principal preocupación de los votantes: la economía y el alto costo de vida.

Una de las mayores preocupaciones de los estadounidenses es la inflación, que aunque se ha reducido significativamente desde que alcanzara el 9,1 % en junio de 2022, su máximo en 40 años, sigue en niveles más altos que antes de la pandemia de la covid-19.

El mercado laboral, donde se han reducido las contrataciones, los altos precios de la vivienda y la elevada deuda estatal que acumula Estados Unidos son otras de las inquietudes de los electores. Ante esas preocupaciones, ¿qué proponen Harris y Trump?

Propinas y horas extra

Los dos candidatos se han puesto de acuerdo en una propuesta: eliminar los impuestos federales sobre las propinas, una idea que gusta especialmente a los trabajadores del sector de la restauración o de los casinos, con un peso importante en el estado clave de Nevada.

Sin embargo, existen diferencias entre ambos. La campaña de Harris ha especificado que habrá límites para evitar que alguien con altos ingresos pueda aprovecharse indebidamente de esta medida, por ejemplo, declarando que su salario proviene casi por completo de propinas para evadir impuestos.

Por el contrario, la campaña de Trump no ha indicado si incluiría restricciones de ese tipo. Lo que sí ha hecho el expresidente es intentar ir más lejos que Harris al proponer acabar con los impuestos que se deducen de las horas extra.

Ambas propuestas, al implicar cambios en el sistema impositivo, deberían ser aprobadas en el Congreso, algo nada fácil.

Recortes en impuestos

Los dos candidatos también han propuesto recortes de impuestos, aunque con un enfoque diferente.

Harris quiere recortar los impuestos a más de 100 millones de hogares de clase trabajadora y media y ha anunciado que las deducciones fiscales para los nuevos pequeños negocios pasarán de 5.000 a 50.000 dólares.

Al mismo tiempo, ha prometido que aumentará el impuesto mínimo que pagan las grandes corporaciones, que pasaría del 21 % actual al 28 %.

Trump quiere extender el recorte de impuestos a las grandes empresas que aprobó el Congreso cuando era presidente (2017-2021) y ha propuesto bajar la tasa impositiva del 21 % al 15 % a aquellas compañías que fabriquen todos sus productos en Estados Unidos.

En un guiño a un sector del electorado, el republicano apuesta también por eliminar los impuestos a la Seguridad Social que pagan algunas personas de la tercera edad.

Apoyo a los trabajadores y aranceles

El plan económico de Harris incluye un bono de 25.000 dólares para quienes compren una vivienda por primera vez y ha prometido que restaurará el Crédito Tributario por Hijos introducido durante la pandemia para que los estadounidenses puedan acceder a un crédito fiscal de hasta 3.600 dólares por hijo, además de ofrecer un crédito especial de 6.000 dólares para nuevos padres.

La demócrata también dice que hará todo lo posible para que los estadounidenses no paguen más de 35 dólares al mes por la insulina que necesitan, algo que ya ha logrado el Gobierno de Joe Biden, pero solo para los beneficiarios de Medicare, un programa de salud para personas mayores.

Trump asegura que salvará miles de puestos de trabajo en Estados Unidos con la imposición de aranceles de hasta el 20 % a todos aquellos productos importados, y del 60 % para aquellos provenientes de China, país con el que quiere intensificar la guerra comercial.

Tiene especialmente el punto de mira en la industria automotriz, pues ha amenazado con aranceles de hasta el 200 % a todos los automóviles provenientes de México para disuadir a los fabricantes chinos de instalarse en ese país.

Deuda estatal

Las propuestas de los candidatos tendrán un impacto significativo en la deuda estatal, ya que reducir los impuestos a las grandes empresas y ofrecer ayudas de vivienda o por nuevos hijos supone una disminución en los fondos disponibles en las arcas públicas.

En concreto, según estudios del Penn Wharton Budget Model, una institución no partidista, el plan de Trump aumentaría la deuda federal en 5,8 billones de dólares en la próxima década, casi cinco veces más que el de Harris, que sumaría 1,2 billones.

La deuda estatal de Estados Unidos, la cantidad total de endeudamiento pendiente del Gobierno Federal acumulado a lo largo de la historia de la nación, asciende actualmente a 35 billones de dólares. EFE

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