Como bien dicen en nuestro vecino país, Colombia, “¡es que dan papaya!”, y cada día y en abundancia Carondelet nutre con las más excelsas perlas del pensamiento de sus cercanos colaboradores y funcionarios, al agudo, lúcido y oportuno sentido del humor del pueblo ecuatoriano; recurso que, sin duda, le permite transitar estos oscuros y tenebrosos tiempos que vivimos. Humor que decanta, desnuda y desenmascara a un gobierno sin condumio y con una peligrosa incapacidad para generar una comunicación clara, coherente y oportuna que responda a las expectativas ciudadanas, más allá de sus intereses y cálculos como candidato presidente. Las tardías actuaciones y declaraciones del señor Noboa, como la última, con la que nos informa que ha decidido regresar al país “para comandar todos los esfuerzos” frente al dantesco incendio en Quito, llega tarde. Vestirse de bombero –seguro lo hará– no le salvará de los otros frentes encendidos en el país, muchos de ellos iniciados por pirómanos de su gobierno que con sus afirmaciones encienden fuegos que terminan quemando las figuras de cartón que conforman su gobierno. Su principal asesora señala que “verle el lado negativo de las cosas, asusta”. ¿Cuál será el lado positivo de no tener agua, luz, alimentos, empleo, salud, educación, etc.? La tragedia de Quito nos duele a todos, este desastre es un llamado a la acción y a la conciencia colectiva, los incendios y la sequía nos instan a reflexionar sobre la importancia del agua y la urgente necesidad de cuidar nuestros ecosistemas. (O)
