«Esto es peor que la pandemia, porque en ese entonces había producción y veíamos la manera de entregar los pedidos. Ahora no podemos trabajar«, afirma Carlota Vélez de “El Pan de Las Villacís”, al referirse a los apagones, debido a la crisis energética.
El sector artesanal, ya golpeado por las dificultades económicas, enfrenta una nueva crisis debido a los cortes de energía programados por el Gobierno, que han generado una disminución en la producción, lo que ha afectado las ventas y pone en peligro las plazas de empleo.
Vélez explica que su equipo empieza a trabajar desde la 01:00, para aprovechar las horas de electricidad disponibles. Sin embargo, este ajuste implica costos adicionales en el pago de personal por el horario nocturno.
«Hemos tenido pérdidas diarias de alrededor de 100 dólares. Además, debemos enfrentar el aumento de costos en materias primas como el maíz y las frutas. No podemos subir el precio del producto final porque la gente no compra. Estamos asumiendo el incremento de costos, lo que reduce aún más el margen de ganancia», afirmó.
Eduardo Jiménez, presidente de la Asociación Nacional de Panificadores, subraya la gravedad de la situación. «El sector panificador pierde 108 mil dólares diarios. Cuando la luz llega a las 06:00, se empieza a trabajar a esa hora y la primera tanda de pan sale entre 09:30 y 10:00, eso quiere decir que las primeras ventas ya se perdieron”.
El dirigente gremial advierte que, si los apagones continúan, muchos negocios podrían cerrar, con el consecuente aumento del desempleo en el país.
Para el sector de alimentos, el problema se agrava por la imposibilidad de almacenar materias primas como los lácteos, que requieren refrigeración constante.
Sastrería
Esta realidad afecta a muchos otros negocios. Franklin Pintado, quien lleva 15 años dedicado a la sastrería, señala que la situación es «casi insostenible», ya que la maquinaria que utiliza, como las planchas y las máquinas de coser, dependen de la electricidad.
«Las ventas han disminuido alrededor de un 60 % y la tendencia es que seguirá empeorando porque las personas priorizan la compra de productos de primera necesidad antes que ropa», comentó Pintado a El Mercurio.
La situación actual recuerda a la vivida durante la pandemia de 2020, cuando muchos artesanos tuvieron que cerrar sus locales y buscar nuevas formas de ingreso. Hoy, aunque exista demanda, no hay capacidad para producir debido a la falta de electricidad.
«Nos gustaría que las autoridades hagan lo posible por encontrar soluciones, debían prever que se venían sequías. No han visto por el interés social y común, queremos hacer un llamado a las autoridades es un clamor social», aseguró Pintado.
Peluquería
En sectores como la belleza, la situación es similar. Johanna Ochoa, propietaria de un salón, asegura que los apagones han reducido su clientela en un 50 % «Antes atendíamos entre 15 y 20 personas al día, pero ahora atendemos menos de la mitad», indicó Ochoa.
Asimismo, Camilo Valencia, propietario de un Barber Shop, expresó su preocupación por las dificultades económicas. «Nos quitan la luz en el día y regresa en la noche, cuando no estamos trabajando. Además, el horario de cortes cambia», comentó.
A esto se suman las obligaciones financieras, como el pago del arriendo, de servicios básicos y los salarios de los trabajadores. «Tenemos que cumplir porque las deudas no esperan», señaló el joven.
Adquirir un generador de energía es una opción que muchos han considerado, pero pocos pueden concretarlo debido al elevado precio y, actualmente, a la escasez de estos equipos en el mercado.
Ochoa ha cotizado generadores con precios de entre 800 y 900 dólares, a lo que se suma el costo del combustible. «No hay dónde comprar generadores, están agotados en la ciudad y nos han dicho que estarán disponibles en unos dos meses», indicó.
En peligro plazas de empleo
La disminución en las horas de trabajo y en la producción debido a los apagones afecta directamente al empleo.
Patricio Quintuña, quien se dedica a la sastrería, expresa que la producción ha disminuido en un 50 %. “Todo esto tiene repercusiones, no hay trabajo para los obreros. Esta semana no he podido dar obras a ninguno de mis tres trabajadores», relató con preocupación.
Además, la inseguridad los obliga a cerrar los locales más temprano. Antes nos quedábamos hasta las 19:00, pero ahora cerramos a las 18:00 porque todo queda oscuro. Estamos viviendo una crisis similar a la de la pandemia y no podemos trabajar porque no hay electricidad», lamentó.
En septiembre, 3.647 trabajadores se quedaron sin empleo bajo despido intempestivo, según las actas de finiquito del Ministerio de Trabajo.
“Del total, 1659 actas han sido aprobadas”, dijo la ministra Ivonne Núñez a la prensa nacional. (I)
DATO
- Para el sector de alimentos, el problema se agrava por la imposibilidad de almacenar materias primas como los lácteos, que requieren refrigeración constante.
- Según un informe de la Federación Nacional de Artesanos, los apagones han provocado pérdidas del 60 % para quienes integran las diferentes ramas de este sector.
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