En las últimas décadas, hemos presenciado un cambio significativo en la distribución de roles de género, permitiendo que las mujeres ganen un lugar destacado en diferentes ámbitos, especialmente la investigación. Según datos de la UNESCO, la participación femenina en la investigación ha alcanzado el 33.3 % a nivel mundial. Un ejemplo notable es el de la Universidad de Guayaquil, que ha experimentado un incremento en la cantidad de mujeres investigadoras. Desde el confinamiento por COVID-19, el número de investigadoras ha crecido un 26 % anual, con un total de 241 investigadoras en 2023, en comparación con las 28 que había en 2019, representando actualmente el 47 % de los investigadores de la institución, lo que evidencia una equidad creciente en las áreas científicas. Como instituciones de educación superior, debemos promover el acceso equitativo a recursos, con la finalidad de sumar el legado de investigadoras, que permitan la inspiración a futuras generaciones en el campo científico, para forjar un camino de inclusión y así contribuyan al desarrollo sostenible de América Latina. (O)
