Otear desde muy alto

David G. Samaniego Torres

Tomémonos de la mano para adentrarnos en parte de mi mundo personal, íntimo. Todo efecto tiene sus causas y los propósitos exigen cumplimientos. Hasta hace no mucho cuando decíamos ‘somos humanos’ nos estábamos hermanando con la humanidad; hoy ese humano se ha deshumanizado tanto hasta perder su derecho a formar parte del grupo al que muchos todavia pertenecemos.

Cumplir años ha dejado de ser la oportunidad de antes, aquella en la que deteníamos la marcha de nuestra vida y aislándonos en un pequeño reducto intentábamos abrir las páginas vividas, recibir el aplauso de nuestras conciencias o también reproches. Hoy se vive el instante y el más luego con tanta prisa y miopía que las nuevas oleadas humanas no se preocupan por un futuro que deben construir y tampoco anclan sus anhelos en las experiencias de un pasado de la humanidad porque lo desconocen. De esta suerte hemos entrado a ser parte de una época inquietante porque en lugar de corregir errores se ancla en ellos. Peregrinamos a la deriva.

Quienes hemos sido testigos conscientes del devenir del comportamiento humano en las últimas seis décadas podemos asegurar que en muchos aspectos hemos errado la dirección, no sabemos a dónde vamos, hemos desteñido los colores de nuestros símbolos patrios, la abulia ha tomado el puesto del entusiasmo y el adulo y la mentira caminan en busca de honores y lisonjas.

Siempre supimos que es difícil escalar, que alcanzar una cumbre exige preparación y esfuerzo y nos dijeron también que cuesta abajo todo es sencillo. CUESTA ABAJO se ha convertido en un programa, un lema, una postura ante la vida. Abandonar las cumbres y relegar su conquista no es otra cosa que el principio de una decadencia demencial.

En este entorno DIARIO EL MERCURIO, en la ciudad de Cuenca, cumplió ayer sus primeros CIEN AÑOS DE VIDA y lo hizo con el vigor de un adolescente, con la solvencia de un profesional, con la madurez suficiente para ser testigo de un mundo siempre activo y cambiante y con la lucidez necesaria para recoger del universo, todos los días, aquello que merece un lugar en sus páginas. Querer o no las opiniones y acontecimientos que se conocen a través de un diario son indispensables para difundir acontecimientos y crear situaciones que inviten a pensar para trascender.

Llevo poco tiempo en esta página, pero, como sigseño, siempre tuve al Mercurio muy cerca de mi vida. Si así llueve que no escampe. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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