Laterne

Estefani Chalco Salgado

Laterne, Laterne,
Sonne, Mond und Sterne.

Brenne auf mein Licht!
Brenne auf mein Licht!
Aber nur meine liebe Laterne nicht!

Farolillo, farolillo,

Sol, luna y estrellas.

¡Quema la luz [de la vela] hasta su fin!

¡Quema la luz hasta su fin!

¡Pero no mi querido farol!

Así va el estribillo de la tierna canción que acompaña a pequeños niños caminando alrededor de una fogata, compartiendo en familia y con amistades, brindando hacia la noche con una bebida caliente y pan, y rememorando la bondad de San Martín de Tours (Sankt Martin), en una tradición alemana, aunque extendida por el mundo, que ocurre cada 11 de noviembre.

El sentido de compartir viene justamente de la historia de San Martín, un soldado legionario romano, quien al toparse con un mendigo pidiendo limosna, éste optó por utilizar su espada para cortar su capa por la mitad y entregarle una parte al peregrino con quien se encontró y así brindarle abrigo en medio de tanto frío. Se dice que recibió un mensaje divino después de esto, viendo en sus sueños a Jesús, vestido con su capa y diciéndole “Hoy me cubriste con tu manto.” Desde ahí, San Martín dedicó su vida a la fe, llegando a ser obispo de Tours.

La celebración se prepara algunos días antes, niñas y niños trabajan con materiales de cartón, papel, botellas, y otros, con ilusión les dan forma y decoran creativamente sus faroles coloridos, ya sea como figuras geométricas o también presentando diseños de animales, o elementos como el sol, la luna y las estrellas. El espacio no es solo infantil, pues papá y mamá participan de la realización de este farol, engrandeciendo aún más ese compartir de atención, amor, y generosidad.

Entonando canciones en alemán, los pequeños realizan un recorrido encabezado por un jinete a caballo, representando la historia de San Martín. El día jueves, realizaron este acto en el Colegio Alemán Stiehle de Cuenca. Aquí, el porqué de sus capas rojas, estrellas brillantes, y faroles alumbrando el frío camino, con una luna brillante, un violín de fondo avivando la luz propia, las familias emanando el calor humano y compartiendo un pan con agua de canela. Así se fomenta en una tierna generación, la consideración hacia los demás y así encendemos en cada uno la luz del corazón, para ayudar y guiar, para atender y compartir, sobre todo, para amar. (O)

DZM

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social con experiencia en coberturas periodísticas, elaboración de suplementos y materiales comunicacionales impresos. Fue directora de diario La Tarde y es editora.

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