En 2023, escribí un artículo sobre los votos y cómo desde diferentes ámbitos, éstos llaman al cumplimiento de un compromiso perpetrado mediante un convenio, una promesa, la fe y el amor. Ante la responsabilidad de un voto, hay testigos: un pueblo con su elección, padrinos en un matrimonio, familiares en un bautismo.
Los votos se basan en principios, por tanto, integran un don físico y espiritual. En un matrimonio, son votos de la voluntad de darse y recibirse en un acto de libertad. ¿Recuerdan cuando alguna vez mencioné que el libre albedrío se refiere a la voluntad para elegir el bien? La elección matrimonial no siempre es fácil. A veces nos contraría o pasa por dificultades, pero es ahí justamente cuando reluce el espectro más profundo del esposo o la esposa, y como humanos, alcanzamos gracias y dones. El hogar es la primera escuela de vida, en él se crean vínculos eternos a través de los hijos, y es el fomento del núcleo de la sociedad. En él aprendemos la paciencia, amamos y perdonamos reiteradamente, te das cuenta de que el trabajo por la familia tiene un éxito y satisfacción que va más allá de los bienes materiales. Es vasija de seguridad y confianza de ese grupo familiar.
Con el paso de los años, hay aniversarios que destacan por su número sobre otros. 50 años son las bodas de oro, 25 años se conocen como bodas de plata, y 10 años son bodas de aluminio. Y es que así mismo es, a medida que pasa el tiempo, se va engrandeciendo esa unión, como un metal más fuerte y preciado cada vez. Esos votos de un día, prometieron una vida de fidelidad, amor y apoyo aún en los momentos más difíciles. Se superan enfermedades, tiempos de escasez, pandemias, situaciones con los hijos, y el mismo amor se supera así mismo con el perdón, la compasión y la humildad. Humildad porque hay complemento y servicio del uno al otro cada día, y ninguna apariencia puede estar en la familia. Compasión, porque, aunque seamos muy inteligentes, trabajadores, y exitosos, a veces invaden la flaqueza, experiencias duras, o traemos un bagaje por sanar. Perdón, porque es una de las más grandes muestras de amor que libera a la persona misma que lo concede y deja a un lado el rencor. En este camino juntos renuevo mi voto por ti, y aunque la partida de uno de los dos suponga su fin, inmortal lo veré en ti. (O)
