Hay reencuentros que son significativos y que al momento de darse estallan emociones cual lluvia de estrellas, emociones que por largo tiempo estuvieron ahí, adormitadas, a la espera de un despertar.
El pálpito agitado de un corazón afirma una fuerte emoción y es que cuando la vida nos vuelve a reunir es celebrar lo intacto de ese amor, es solemnizar el amor más puro que hay…
Te amé desde el momento que te vi por primera vez, te amé más que nunca en mi fatídica e incompresible decisión y te amaré por el presente que tanto esperé vivirlo día tras día.
Celebro la vida y celebro nuestra vida, sensación similar a resurgir de las cenizas; el dolor y la distancia se aligeran con tu presencia pues al fin estoy completa.
Que la persistencia y la energía sean mis leales compañeras para vivir lo que ahora la vida generosamente me devuelve, tristemente ausencia en un lado y abundancia en otro, esta vez yo gané.
Mi hogar gana sentido conforme crece mi familia; eres tú y son ellas, mis amores intactos. (O)
