¡Peligroso!

El desconcierto cunde en el país y “el nuevo Ecuador» está cayéndose a pedazos envuelto en la insensatez de una clase política que ha perdido su norte y que no hace más que seguir su agenda electoral y sus intereses particulares o de aquellos grupos de poder que los sustentan. Mientras, no parece importante para los candidatos presentarnos cuál es su análisis sobre la crisis generalizada que vivimos, cuál es la alternativa que nos plantean y menos cómo logarlo; sin embargo, hacen tiktoks y nos  muestran sus dotes histriónicos que llegan a la ridiculez, al sinsentido, a hacer apología del delito, a usar el miedo para sembrar desconfianza trasladando el escenario político a redes sociales, en monólogos sin sentido que desvirtúan aún más el debate como sustento esencial en una sistema democrático. De la crisis ambiental, energética, alimentaria, económica, ética, de seguridad, educativa, de salud y de otros muchos pendientes y postergaciones que nos han colocado al borde del descalabro social, nada dicen. Es preciso romper la cadena de fantasías que pretenden vendernos en esta nueva temporada electoral –con extraños virajes y maridajes políticos– donde las ofertas no harán más que engañarnos y cubrir con un macabro juego de máscaras los intereses corruptos que quieren tomarse todo –de lo poco que queda– de lo que nos corresponde a todos. Es urgente preguntarnos en qué país queremos vivir, hacia dónde va Ecuador. (O)

Lcda. Ana Abad

Periodista, editora y correctora de estilo; es parte del grupo editorial Quillca editores. Ha publicado investigaciones sobre cultura popular y artesanías. Es directora de contenidos del Portal Digital Voces Azuayas.

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