Lucha contra el SIDA

Marco Carrión Calderón

Se han cumplido 43 años desde que se describió por primera vez la enfermedad que ahora conocemos como SINDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA o SIDA en Estados Unidos y recién dos años más tarde en Francia se logró identificar el virus causante de esta grave enfermedad que causaba un alto índice de mortalidad en personas de entre 20 y 40 años, especialmente hombres. No se conoce ni una vacuna para prevenir la enfermedad ni un tratamiento curativo. Un significativo adelanto ha sido descubrir un tratamiento que previene la aparición del mal, aun cuando no se elimina el virus del organismo, es decir previene la aparición de la enfermedad por más que el virus permanece en el cuerpo de los pacientes.

En este tiempo el SIDA ha causado algo más de 40 millones de muertos en el mundo. Conviven con el virus (VIH) unos 38 millones de personas. Este virus se transmite de persona a persona mediante líquidos corporales como sangre, semen, leche materna, secreciones vaginales. No se transmite por el beso, ni el abrazo, ni un saludo, tampoco mediante la ropa ni la vajilla. Cosas como estas hay que difundir pues su desconocimiento contribuye a la infelicidad de personas y familias.

Cuando la enfermedad tenía ya entre 30 y 40 años se descubrió que algunas medicinas permitían bloquear el desarrollo del virus. No lo eliminaba, pero al controlar su reproducción evitaba que se produjera la enfermedad SIDA. El virus permanece en el cuerpo, pero los pacientes no desarrollan la enfermedad. A estas personas se les denomina “Seropositivos” Pueden llevar una vida casi normal. Al tener relaciones sexuales deben utilizar preservativos y de esa forma ya no habrá riesgo de contagio a las parejas.

Se han establecido las bases para el control efectivo de la pandemia mediante medidas profilácticas. Eso incluye la detección y tratamiento precoz de los infectados (“diagnosticar y tratar”). Pero también la profilaxis pre-exposición (PrEP), consistente en administrar medicinas antirretrovirales a personas con alta probabilidad de infectarse para, efectivamente, evitar dicha infección. Además, se insiste en investigar verdaderas vacunas profilácticas que puedan evitar la infección por el VIH. (O)

Dr. Marco Carrión

Médico desde 1968. Profesional en SOLCA y en el IESS, donde fue Director de la Regional 3. Fue Director del Hospital José Carrasco Arteaga y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cuenca.

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