“Ruta del trigo, mishqui y pan” une a Nabón y Oña

Un proyecto de investigación que financia el INPC rescata las tradiciones de los dos cantones que están al sur de la provincia del Azuay.

La Panamericana Sur es el punto de referencia para impulsar una “Ruta del trigo, el mishqui y el pan”. Ese es el resultado de un proyecto familiar de investigación que muestra el trabajo de los habitantes de diferentes localidades de Nabón y Oña, cantones ubicados al sur del Azuay.

Alexandra Moreno, investigadora e escritora, con su hija Camila Moscoso, licenciada en Cine y Audiovisuales, trabajaron por alrededor de siete meses en el levantamiento de información sobre la cadena productiva del trigo en los dos cantones vecinos.  Las actividades iniciaron en enero pasado luego que accedieron al financiamiento del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) para ejecutar su proyecto en la línea de fomento de la memoria social y el patrimonio cultural bajo la modalidad de promoción y difusión del patrimonio agroalimentario.

Los cultivos de trigo se evidencian a lo largo de la ruta. Cortesía

La ruta identifica 20 atractivos entre cultivos del grano, antiguos molinos de piedra, panaderías en horno de leña, tortilleras de tiesto y artesanos en tallo de trigo. La iniciativa incluye un documental que recoge los saberes de cada uno de los comuneros titulado “Espiga del sur”, además del cuento infantil “Quien dijo que la waka no volverá”, que parte de una leyenda local de la parroquia Susudel, Oña.

En el cuento participa la artista Daniela León, quien fue la responsable de elaborar las ilustraciones. En las imágenes se consideran las características geográficas de la zona.

Moreno, quien reside desde hace tres años en Susudel, explicó que desde la Panamericana Sur se accede por vías secundarias a cada uno de los atractivos. En el trazado se consideran 16 localidades de Nabón y cuatro de Oña.

Se enumera, por ejemplo, los hornos de leña en las comunidades La Ramada, Chunazana y Las Nieves; los molinos hidráulicos en Charqui; cultivos de trigo en Corraleja, Yacudel y Yanalpa del cantón Nabón. Asimismo, las tortillas de tiesto en la parroquia Susudel y en la cabecera cantonal de Oña.

Resultados

Como parte de la investigación se evidenció que existen variedades de trigo en estos cantones que fueron producidas por el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarios (INIAP) a partir de los años 50 y 60 que aún los conservan los comuneros.

Estos insumos sirven para elaborar la harina para el pan, por ejemplo, de mishqui. Este pan lo realizaban los antepasados con levadura natural que se obtiene de la fermentación del chaguarmishki.

Todo lo que se involucra con la cadena productiva del trigo lo investigamos. Esto lo pusimos en valor a través del documental para difundirlos. Así se conocerá que existen aún tradiciones que son valiosas y que valen la pena conocerlas”, concluyó Moreno. Redacción Región.-(I)

Investigación para mantener las tradiciones

El proyecto de la “Ruta del trigo, el mishqui y el pan”, se presentó el pasado viernes en el cantón Nabón. El evento se efectuó en la sala de sesiones de la municipalidad.

Las autoridades locales y representantes de las comunidades, sobre todo, quienes aportaron con sus saberes para la investigación conocieron el producto final.

Adrián Aguirre, responsable de Turismo del Municipio, resaltó la importancia de la investigación para mantener las costumbres y tradiciones del cantón, especialmente en el cultivo de los granos.

Asimismo, recalcó que la administración municipal aportó en temas logísticos para que la investigadora Alexandra Moreno junto con su hija Camila Moscoso pueda acceder a las diferentes comunidades y de esta manera levantar la información requerida para elaborar los tres componentes del proyecto: un tríptico, documental y cuento. (I)

Detalles

7 meses duró la ejecución del proyecto de “Salvaguarda de los trigos locales de Oña y Nabón”. La iniciativa surge de Alexandra Moreno con su hija Camila Moscoso.

– El proyecto está compuesto por un tríptico que muestra la “Ruta del trigo, el mishqui, y el pan”; un documental con los saberes de la población; y un cuento infantil.

– Asimismo, la investigadora Alexandra Moreno elaboró una monografía de alrededor de 70 páginas sobre los resultados del proyecto que entregó al INPC.

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