Miles de devotos participan cada año en el Gran Pase del Niño Viajero. Familias enteras se preparan, algunas de ellas con meses de anticipación, para salir el 24 de diciembre y convertirse en una gotita más de ese «Quinto río» de Cuenca, como se le conoce a esta celebración.
La familia de Gloria Vásquez lleva cuatro generaciones participando en la gran pasada. Su madre Fanny Vásquez y su abuela Virginia Dután le heredaron esta tradición, que hoy ella la traspasa a sus hijos Renata y John Gonzáles.
Revestida de Cholita Cuencana junto a sus pequeños «cholitos», Gloria llegó la mañana de ayer hasta la plaza de San Sebastián, desde donde salió la procesión poco después de las 10:00, luego de la eucaristía celebrada por monseñor Marcos Pérez en la Catedral de la Inmaculada.
“Tenemos una gran devoción y fe al Niñito Viajero por eso cada año le rendimos homenaje en el Pase. Nos preparamos desde la víspera con una Novena, que rezamos en la casa en familia. Alquilamos los trajes con anticipación y hoy estamos aquí junto con mi abuela, mi madre y mis hijos” expresó Gloria.
Tradición
El Pase del Niño Viajero congrega cada año a miles de peregrinos, que llegan desde distintas parroquias rurales de Cuenca, desde comunidades del Azuay, desde otras provincias, así como extranjeros y turistas que se colocan en las zonas aledañas a la Calle Bolívar para observar el paso de los personajes bíblicos y contemporáneos.
Jesús Ramón, oriunda de Baños, lleva 40 años cumpliendo la tradición del Pase del Niño Viajero. Ella recuerda que, en 1983, su familia fue invitada por sus vecinos Los Barzallo y desde entonces no ha faltado a este evento.
“Cada año alquilamos los caballos para que los niños vengan al Pase. Somos una vecindad unida y preparamos a los pequeños con antelación para que se disfracen del ángel de la estrella y de los tres reyes magos”, comentó Jesús, de 62 años.
Agrega que, el alquiler de los animales queda reservado cada año. “En Baños nos alquilan los caballitos y cuando les devolvemos a sus propietarios al finalizar el Pase, les decimos que para el otro año lo mismo, si es que vivimos”, expresa.
Personajes
Entre los revestidos se observó a diversidad de personajes, entre ellos, representantes de los grupos étnicos del Ecuador, ataviados con indumentaria según las identidades culturales de los pueblos de Cañar, Saraguro, Otavalo, Tsáchilas y afroecuatorianos.
La figura principal del desfile es el Niño Dios, que se vio personificado por niños de diferentes edades. Lo acompañaban la Virgen María, representada por niñas y mujeres vestidas con túnicas, así como José.
El Pase arrancó entre un derroche de colorido con el acompañamiento de los carros alegóricos y las tradicionales bandas de pueblo y de música popular que dieron alegría al acontecimiento.
Ofrendas
María de Lourdes Carchi, oriunda de Checa-San Miguel, fue otra de las devotas que participó ayer en la Pasada. Recuerda que desde que era pequeña asistía junto a su madre.
“Nos preparamos con unos seis meses de anticipación con la crianza de los cuyes, que asamos la víspera del Pase para llevar como una ofrenda al Niño, por los favores recibidos”, indicó doña María de Lourdes.
Acompañada de su hija, Jessica Barros y de su nieto, Manuel Jimbo caminaba por la calle Bolívar junto a las miles de personas que se dieron cita en la soleada mañana, que acompañó el evento.
Xavier Tarkán es otro cuencano que participa del Pase junto a su familia, desde hace 10 años. Para la ocasión arreglan un carro alegórico, en el que llevan un chancho hornado en ofrenda al Niño, a quien agradecen por la salud, la paz y el bienestar de sus seres queridos.
“Con mi hermano Andrés teníamos un carrito de madera, el cual nos decidimos arreglarle y adornarle con caramelos y golosinas. Así empezó, pero con los años le fuimos adornando mucho más, todos estamos pendientes de los arreglos que empezamos con un mes de anticipación”, señala Xavier de 36 años.
Historia
La costumbre del Pase del Niño Viajero se origina con una imagen esculpida en 1823, que tras pasar por cuatro generaciones familiares quedó en manos del Vicario de la Arquidiócesis de Cuenca, Monseñor Miguel Cordero Crespo.
Cuenta la historia, que en 1961 el Vicario hizo un peregrinaje por Tierra Santa con la imagen. Al retornar a Cuenca, recibió el nombre de “Niño Viajero” y desde entonces, cada 24 de diciembre, se celebra una procesión que recrea su travesía.
Monseñor Miguel Cordero Crespo heredó el Niño Viajero a las madres del Monasterio del Carmen de la Asunción, orden de Carmelitas que cuida del Niño desde 1987. (PNH)-(I)
DATOS
- Estaba previsto que ayer a las 07:00 se desarrolle el sobrevuelo del Niño Viajero por la ciudad, sin embargo, la actividad fue suspendida debido a la niebla que se presentó a tempranas horas.
- Niños y adultos revestidos de personajes bíblicos o de diferentes etnias del Ecuador lucen sus mejores galas para saludar al “Niñito Viajero” y agradecer por los favores recibidos.
- Los conjuntos de música popular y las bandas de pueblo animan a los ciudadanos, que se colocan en las calles y balcones para observar el paso de los devotos en la procesión.
- La víspera del Pase, se realizó el cambio de padrinos del Niño Viajero en la Catedral de la Inmaculada. Este año, la dignidad recayó sobre la Policía Nacional y fue entregada por los Militares.
- El 23 de febrero de 2008, el Pase del Niño Viajero fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador, una festividad donde la figura principal es el Niño Dios y el protagonista es el pueblo.