El elevado grado de corrupción encontrado en entidades que son sustento de la organización política nacional: Administración de Justicia, Consejo de la Judicatura (CJ), SNAI, Policía, Asamblea y GADs a raíz de las investigaciones realizadas por la Fiscalía: Metástasis y Purga, desnudan una crisis profunda interna y la pérdida de valores éticos y morales de sus representantes, quienes juraron defender el interés colectivo sin embargo pronto se vendieron a las mafias y crimen organizado que sembró pánico y terror en todo el territorio.
Los valores éticos y morales son esenciales en cada ser humano por cuanto permiten diferenciar lo bueno de lo malo y, lo justo e injusto, los mismos deben crecer y perfeccionarse en el seno familiar a través del amor, gratitud, prudencia, solidaridad, honestidad, generosidad, bondad y sobre todo dignidad.
Numerosos educadores sostienen que esta crisis se inició con las absurdas reformas al sistema educativo restando potestad a los padres de familia para educar y corregir a sus hijos y la presencia de una corriente sociedad actual que tan solo exige derechos, olvidándose que primero hay que cumplir con los deberes.
Es justo indicar que esta decadencia no es tan solo en las entidades mencionadas, se siente también en los medios de comunicación que por captar audiencia presentan programas sensacionalistas, nada constructivos, la pésima atención de los servidores públicos, corrupción en las entidades de Gobierno a nivel nacional, cantonal y provincial.
Sin duda, la familia es la primera entidad llamada a revertir esta crisis de valores, pues a los progenitores nos corresponde no solo ser el sustento económico de nuestra prole. Es obligación enseñar con nuestro ejemplo y testimonio la importancia de la honradez, solidaridad, servicio a los demás. A las autoridades, los medios de comunicación, establecimientos educativos, corresponde hacer todos los esfuerzos en esta misma dirección. Es importante que se vuelva a incluir en el pénsum educativo asignaturas como Ética, Moral, Cívica, enseñar normas de urbanidad y buenas costumbres y respeto, solo así podemos rescatar y cambiar esta crisis de valores morales completamente resquebrajados. (O)