Reclamos, marchas, reuniones. En los últimos meses, el centro de Cuenca, se convirtió en un espacio de intensos y seguidos encuentros de personas de las distintas áreas públicas del Ecuador. Las razones: deudas y recortes presupuestarios por parte del gobierno nacional.
La situación que se vive en las diferentes instituciones, establecimientos y gobiernos locales no es nada esperanzadora, al menos en estos tiempos en los que, en el país, no se ha podido vivir de manera estable.
La economía, la seguridad, la vida misma ha sido incierta entre un gobierno y otro, y entre los estragos de la pandemia. Inestabilidad, falta de certezas, han conllevado a que las calles vuelvan a convertirse en el espacio para reclamar.
El último hecho se registró ayer. Docenas de hombres y mujeres, representantes de las juntas parroquiales de la provincia del Azuay, se reunieron en el parque de San Blas para marchar por los recortes de sus presupuestos y por las deudas que mantiene el gobierno de Ecuador.
Hace unos días, las juntas parroquiales del ruralismo azuayo se llevaron una sorpresa. El dinero, para este 2024, va a ser menos en comparación con el 2023.
Recortes desde seis mil dólares hasta más de setenta mil dólares se empezarán a sentir en los distintos gobiernos del Azuay. Lo que conllevará a la realización de menos proyectos en la ruralidad.
“En menos de un año nos han recortado cerca de dos millones de dólares aquí, en el Azuay. Sin duda una afección directa a la población más vulnerable, que es la zona rural”, dijo a El Mercurio Jhonatan Quiñónez, presidente del CONAGOPARE Azuay.
Para los presidentes y representantes de las juntas parroquiales no hay razón de continuar aplicando la reducción en los presupuestos en Ecuador porque las limitaciones se están viendo en las zonas rurales.
“La ruralidad es la base para sostener a nuestros cantones. De allí mismo podemos obtener nuestros productos, pero hemos visto que somos de nuevo afectados. Toca hacer reuniones para ver dónde devengamos en nuestro presupuesto”, dijo David Herrera, presidente de La Unión, Chordeleg.
La vialidad, la eterna perdedora de los recortes
Las parroquias rurales de Cuenca no están exceptas del recorte presupuestario aplicado por el gobierno de Daniel Noboa. El Valle, Sinincay, Turi, Quingeo son parte del grupo de afectados por la disminución del dinero.
Entre las parroquias que más pierde con el recorte es El Valle. Son alrededor de 73.000 dólares menos que tendrá en su caja si la realidad no cambia.
Para el presidente de El Valle, Fabián Carrión, se pierde mucho con la reducción presupuestaria, sobre todo en la vialidad y en la seguridad.
“Lo que nos preocupa, y lo que preocupa al Azuay es la vialidad. Con esos 73.000 dólares lo que nosotros hacemos es minga con la prefectura, con los recursos del municipio, para enfrentar este problema tan grande de la vialidad”, explicó Carrión a El Mercurio.
Si de por sí ya las vías que conectan a la provincia del Azuay necesitan una renovación urgente, ahora mismo, sin dinero, la situación se complica todavía más.
Gobernador se estrena con pedidos
Mientras los representantes de las juntas parroquiales reclamaban en los alrededores del Parque Calderón, Santiago Malo era presentado como el nuevo gobernador del Azuay.
Tras la presentación, Malo se estrenó con los pedidos de los gobiernos de las parroquias de la provincia. El gobernador los recibió y recibió tres solicitudes puntuales: una reunión con el ministro de Economía y Finanzas, Juan Carlos Vega, que el gobierno se iguale con las deudas y que se entreguen los recursos por concepto de la Ley 047.
Las juntas esperan una pronta respuesta por parte del gobierno, ya que, de no haberla, la siguiente marcha no será solo con los representantes de las parroquias, sino con sus propios habitantes. (I)
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