El Liverpool gana en el Etihad y es nuevo líder de la Premier League

La impotencia ofensiva del Manchester City, casi desconocida en el Etihad Stadium donde enlazaba 57 partidos seguidos marcando, sumada a la extrema prudencia del Arsenal con un plan conservador que le dio el empate sin goles, convirtieron al Liverpool en el ‘ganador’.

La defensa de corona del Manchester City se complica por una extraña dificultad desarrollada en los duelos marcados en el calendario de la Liga inglesa. La extendió ante el Arsenal, incapaz de derrotar a ninguno de los cinco primeros clasificados. Con Mikel Arteta airoso en el duelo de pizarra con un maestro como Pep Guardiola. Jugó a no perder y lo consiguió.

Dejó un sabor agridulce un partido tan esperado. Imperó el respeto y la prudencia. El exceso de batalla. Sobreponiéndose al fútbol de altos quilates que poseen ambos equipos. Como las defensas a unos ataques ausentes de brillantez. Apenas sin ocasiones claras para marcar. Con Haaland en la foto del partido en uno de esos fallos impropios para un devorador del gol como él.

Los intentos del City murieron en las botas de Doku, que generó menos equilibrio a banda cambiada. Con la reacción inmediata de Arteta al recurrir a Tomiyasu para frenar su habilidad en el uno contra uno. Tras un saque de esquina de De Bruyne que salvó con problemas Raya en dos tiempos, el belga tuvo dos ocasiones para decidir el partido. Finalizó mal ambas.

Aunque el peor sabor de boca fue para Haaland, sólo en el segundo palo en el único desajuste defensivo del Arsenal, a siete minutos del final. Suyo era el momento de gloria cuando le cayó el balón que incomprensiblemente se coló entre sus piernas sin remate. La acción que plasmó un mal día del City, que tras su segundo empate consecutivo queda a tres puntos del Liverpool y a uno del Arsenal.

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