La ayuda humanitaria empieza a llegar a Papúa Nueva Guinea 5 días después de la avalancha

La ayuda humanitaria comenzó a llegar este miércoles 29 de mayo de 2024 a la remota zona del norte de Papúa Nueva Guinea, asolada por una gran avalancha que sepultó un poblado la madrugada del viernes y con el área aún inestable porque el deslizamiento de tierra continúa.

«A día de hoy, unos cinco días después, la situación sigue siendo muy complicada porque el deslizamiento de tierra todavía es dinámico, más lento pero continúa, y la zona entera es inestable, incluida la carretera que lleva al lugar», dice a EFE Mate Bagossy, consejero humanitario de la ONU en Papúa Nueva Guinea.

Bagossy aseguró que «la mayoría de ayuda humanitaria está llegando a partir de hoy. Ha habido una respuesta muy positiva por parte de actores internacionales, la ONU, ONG…», indica.

Las agencias de ayuda de EE.UU. (USAID), la Unión Europea (ECHO), y organismos de la ONU participaron el martes en una reunión de emergencia con más de 50 asistentes para coordinar la respuesta a la avalancha ocurrida la madrugada del viernes cerca de la mina de oro de Porgera, en la provincia norteña de Enga, a unos 600 kilómeros de la capital, Port Moresby.

La distribución de ayuda humanitaria se enfrenta con dificultades similares a las de las tareas de rescate, pues a la inestabilidad del terreno afectado y bajo el que se encuentran soterradas un número incierto de víctimas -más de 2.000, según el Centro Nacional de Desastres de Papúa-, se suman problemas en la infraestructura.

El martes el puente que conectaba la principal autovía con la provincia de Enga colapsó, según indicó la ONU, que informó asimismo de otro deslizamiento en una zona cercana a la catástrofe y de condiciones meteorológicas adversas.

«El deslizamiento ha sepultado un pueblo y parte de la carretera provincial que une la capital de la provincia con el distrito de Porgera (donde tuvo lugar la catástrofe)», dice a EFE Bagossy por mensaje desde Wabag, capital de Enga, en referencia al alud del viernes.

«El lugar del accidente está situado a unas dos horas de carretera desde Wabag, el acceso es relativamente difícil con la carretera principal cortada«, añade.

A estos problemas se unen conflictos tribales en el área, que obligan a los trabajadores humanitarios a desplazarse con escoltas militares al lugar de la catástrofe.

Según las agencias de la ONU, las necesidades más apremiantes incluyen agua potable, comida, ropa y kits de higiene, mientras las autoridades locales han solicitado a la comunidad internacional que envíe ingenieros para asesorar sobre los riesgos geológicos.

Aparte del reparto de ayuda humanitaria y la gestión de evacuaciones, el humanitario indica que la prioridad es «recuperar cuerpos de víctimas sepultadas», con solo 9 desenterrados hasta ahora de un terreno que presenta un grosor de entre «6 y 8 metros», subraya Bagossy.

La ONU estimó el martes que 7.849 personas se han visto afectadas por la avalancha, incluyendo a aquellas en riesgo de ser evacuadas y las que quedaron enterradas, cifra calculada según un censo de 2022.

Según UNICEF, más del 40% de los afectados son menores de 16 años. EFE

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