El tenis de mesa ecuatoriano despide al ‘Sr. Ángel Robusti’
Casi un mes y medio después de celebrar sus 92 años, el salesiano coadjutor Ángel Robusti causó tristeza -algo no común en él- y al mismo tiempo un profundo agradecimiento en quienes tuvieron la dicha de conocerlo.
Un gran porcentaje lo acompañó en sus actividades académicas, sociales, deportivas en las que buscaba cumplir el legado de Don Bosco de formar “buenos cristianos y honestos ciudadanos”.
La noticia de su fallecimiento, el viernes 19 de julio de 2024, consternó a la comunidad salesiana. También a quienes están ligados con el tenis de mesa. Su apoyo con bienes y persona contribuyó al desarrollo de un deporte no tan mediático como el fútbol.
Pensar que Robusti desconocía de su práctica hasta que uno de sus alumnos, en plena clase de Matemáticas, en el Técnico Salesiano, le pidió que acompañara a la selección a un campeonato intercolegial.
Incursión en el tenis de mesa
En una entrevista a Diario El Mercurio, en 2017, Robusti recordó que Patricio Valverde -gran tenimesista de la época- levantando la mano le dijo: “Sr. Robusti -como le llamaban- hoy hay campeonato en el Garaicoa y no tenemos entrenador”.
El profesor de origen italiano, que llegó a Ecuador en la década de los 60, no dudó en responder: “No hay problema, esta noche voy yo”.
Paúl Calle, actual presidente de la Federación Ecuatoriana de Tenis de Mesa (FETM), afirma que en esos años los deportistas entrenaban por su cuenta.
Benigno Malo mantenía una hegemonía de años hasta que los salesianos en compañía de Robusti lo relegaron al segundo lugar.
Al observar el potencial que había, el ‘Sr. Robusti’ empezó a gestionar la llegada de entrenadores. Técnico Salesiano se convirtió en una potencia y en la base de las selecciones provinciales.
La mayoría de sus deportistas, campeones nacionales y sudamericanos, fueron a desarrollar el tenis de mesa en otras provincias.
Fundación del Oratorio Don Bosco
César Banegas, exalumno y exrector de la Unidad Educativa Técnico Salesiano, recuerda que era niño cuando conoció a Robusti en el Oratorio Don Bosco. El salesiano coadjutor lo fundó el 17 de abril de 1966 junto al padre Bolívar Jaramillo.
“Cuenca debe ser grata con su trabajo tesonero, sacrificado, de entrega constante. Era buena gente, bonachón y con firmeza para exigir que las cosas se hagan de forma correcta y responsable”.
Patricio Núñez, en un artículo publicado en el Boletín Salesiano 2023, cuenta que Robusti siempre repetía: “Hay que buscar hacer el bien” y le gustaba cantar el tema A un Pulgarcito.
En búsqueda de financiamiento para el Oratorio, participaba en diversas actividades. “En los recreos ayudaba a vender en el bar…”.
Sutil llamado de atención de Ángel Robusti
Calle confiesa que, si Robusti no hubiese sido exigente, no hubiesen obtenido los logros acumulados en el tenis de mesa.
“Él fue mi profesor de Matemáticas. Yo era bueno para las matemáticas. Alguna vez saqué 20/20 en un examen y en mi libreta apareció una nota de 10. Le fui a mostrar, tal vez se había equivocado, y me contestó: “No me equivoqué, sé que no estás entrenando todos los días tenis de mesa”.
Esa manera ‘sutil’ de llamar la atención llevó a los jóvenes a ser más constantes.
“El Técnico Salesiano tenía doble jornada de clases (08:00-12:00; 14:30-17:30) y entrenábamos de 17:30 a 19:30. Cuando salíamos, en una furgoneta de la comunidad salesiana, él se daba la labor de irnos a dejar a cada uno de nosotros, a más de 15 muchachos, a las casas. Lo hizo durante mis 6 años de colegio. Era una labor encomiable, desinteresada”.
Por su aporte al tenis de mesa, Tecni Club le rinde homenaje todos los años con la organización del Campeonato Nacional ‘Estrellitas del Mañana – Ángel Robusti’.
En la actualidad tiene el aval de la FETM. “A través del deporte vio una opción de seguir el proceso formativo integral”, reconoce Banegas.
Apuntes extras
El salesiano coadjutor es una persona consagrada, un religioso laico, que vive en la comunidad religiosa junto con sacerdotes o diáconos salesianos. Robusti hizo su profesión religiosa cuando tenía 18 años de edad.
La Unidad Educativa Técnico Salesiano resaltó en 2020 que Robusti fue el constructor del baldaquino de la Catedral de Cuenca. La obra tallada en madera y recubierta de oro la realizó a mediados del siglo XX.
La comunidad salesiana hará realidad uno de sus grandes deseos. Tras la eucaristía de las 16:00 en el coliseo de la Universidad Politécnica Salesiana, sus restos serán trasladados al Mausoleo de los Salesianos en el cementerio municipal de Cuenca.