Gracias Daniel

El Ecuador celebra por lo alto la hazaña de Brian Daniel Pintado Álvarez al haber ganado medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 en la prueba de marcha atlética.

Años de entrenamiento, de privaciones, de carencias, de tener fe en sí mismo, en su entrenador, en el apoyo familiar, en especial de sus hijos, dieron su fruto.

No cualquier deportista logra el altísimo honor de subirse al podio del olimpismo, recibir la medalla de oro, cantar el himno nacional, y llenar de algarabía a todo un país.

Aquel es un espacio reservado para pocos, sobre todo para quienes llevan el deporte como premisa de vida, lo practican a conciencia, se fijan un proyecto, en el caso de Daniel, ganar el oro en los Juegos Olímpicos, donde se concentran los mejores del mundo.

Sólo él podría describir ese esfuerzo colosal, en el cual se concentran el trabajo muscular, el poder de la mente, los latidos cardíacos al máximo, igual la respiración, y esa fuerza espiritual para marchar 20 kilómetros, estratégicamente planificados por el entrenador y cumplidos al pie de la letra por todo el equipo acompañante de Daniel, en especial el último tramo donde, literalmente hablando, se juega la vida o la muerte.

Los triunfos olímpicos, en el caso ecuatoriano, parecen estar reservados para los de origen humilde, pero imbuidos de una fuerza especial, indomable, perseverante y solidaria.

Basta con recordar a los medallistas de oro olímpico para fundamentar esa tesis.

Ojalá el ejemplo de Daniel Pintado le sirva al Ecuador para trazarse un proyecto como país cuya meta sea el desarrollo, las oportunidades para todos, para desechar el egoísmo, los enconos, la prepotencia, dar todo de sí para ganarle la carrera a la corrupción, al crimen y a la antidemocracia.

Gracias Daniel por ese invaluable triunfo. Es tuyo, solamente tuyo, pero permítenoslo disfrutarlo y vivirlo a todos. El país, Cuenca, tu tierra natal, en especial, te dicen gracias.

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